PorInstituto Bitácora

15 noviembre Día Mundial Sin Alcohol

Desde Instituto Bitácora, nos súmanos a la celebración del Día Mundial Sin Alcohol.

Y ya que es un día para la reflexión sobre las consecuencias del consumo de alcohol, queremos señalar, el difícil escenario en el que se encuentran las personas que presentan un trastorno por consumo de alcohol.

Se encuentran con una sociedad que acepta y valora que con dos copas de más contemos cuatro chistes, pero cuando aparecen problemas nos aparta.

Se encuentran con una enfermedad que gran parte de la población no considera como tal, aunque sean evidentes los desequilibrios a nivel físico, psicológico y social.

Se encuentran con que los dispositivos que están a su alcance muchas veces no funcionan. Sabemos muy bien qué hacer ante un problema de colesterol, o hipertensión o diabetes o ansiedad o tabaquismo, pero muchas veces se atienden los problemas derivados del alcohol, sin tratar el problema del alcohol. Solo pondré un ejemplo, porque hay muchos. El chaval que una noche de sábado acaba en urgencias por un coma etílico, ¿Qué se hace? ¿Se trabaja una vez que se le da el alta para evitar una segunda vez?

Hoy, quince de noviembre, queremos acercar esta problemática, creciente a pesar del trabajo en prevención que se ha hecho y se está haciendo, a TODOS. Y queremos especialmente señalar, que las personas que presentan problemas con el alcohol sufren mucho, en silencio, en soledad. Sufren como consecuencia de la enfermedad. Sufren por la culpa, la vergüenza, y sufren por el estigma social que todo ello supone.

Os dejamos el testimonio de dos de nuestros pacientes que están dejando de sufrir.

Tras muchos intentos sola por salir de ese refugio en el que por circunstancias de la vida hacia años me encontraba inmersa, y con el empuje principal de mis hijos que también estaban a punto de tirar la toalla, casi me vi obligada a tomar la mejor decisión que quizás haya tomado en mi vida, asistir al Centro Bitácora con mucha fe y esperanza, de la mano de quienes más amor y cariño podré recibir jamás, a quienes les di la vida.

Para mi ha sido maravilloso dejar de beber, he aprendido a valorar la vida, a reír estando fresca, a disfrutar de mis hijos y de mis nietos, a verme guapa, a no tener pereza en arreglarme, salir, hacer actividades que antes no hubiera hecho ni soñando.
Me costó mucho abrirme y contar mis experiencias, pero ahora asisto a terapias con otras mujeres como yo y me lleno de alegría y entusiasmo. Compartir es afrontar.
La vida sin alcohol es VIDA.

Bueno me llamo Vicente:

Mi vida sin alcohol es maravillosa, cuando bebía mi vida no era vida, era una persona que me encerraba en mi mismo y cada vez peor y todo por la bebida. Vivía para la bebida. Hasta que un día a mi familia le pedí ayuda y empezó una nueva vida sin alcohol y es estupenda.

Empiezo a ser yo, ya no tengo tanto miedo a salir a la calle mirando hacia abajo para que nadie note que tengo los ojos rojos de la resaca, ahora en todo momento soy yo quien decide, sin dudar, ya que me siento seguro de mi mismo puesto que tengo ganas de vivir, empiezo a cuidarme, mi aspecto es totalmente diferente ahora estoy limpio, cuidado, e incluso tengo más peso, puesto que antes no comía solo bebía y de comer nada.

Donde no veía una salida ahora si la veo, y es más, hasta me gusta ver que me estoy queriendo pues si me quiero yo podré querer a otras personas.

Ahora mi camino puede ser de rosas con espinas, pero veo lo positivo, veo la rosa y las espinas las aparto, puesto que ahora empiezo a ser yo mismo y positivo, no veo la oscuridad de antes que solo me decía pobre de mi, ahora tengo problemas como todo el mundo, pero los afronto con más claridad y no escondo la cabeza como hacia antes, afronto todo desde una perspectiva normal.

Ahora empiezo a ser una persona normal y no enferma y ser normal para un alcohólico no es fácil, pero si quieres puedes. Y te aseguro que no cambio ni mi mejor día de borrachera por el peor día que tenga ahora, puesto que ahora soy muchísimo más feliz que antes y me gusta mucho quererme, me sienta bien y a los demás que me quieren también. Y empiezan a confiar en mi y eso me llena y me da mucha más fuerza para seguir a delante, y fuerza para creer en mi mismo.

He recuperado lo más importante para mi, mi hija y mi familia, y creedme, cuando te ves solo y envuelto en el mundo del alcohol no ves salida, pero si la hay. Yo no soy especial ni nada de eso, solo tengo ganas de vivir mi vida sin una copa, puesto que soy enfermo alcohólico, pero la vida sin alcohol es maravillosa y se consigue siempre que uno quiera.

PorInstituto Bitácora

¿Existe una técnica para resolver los problemas?

Existe una estrategia que viene de los modelos de psicoterapia cognitivista más racionalistas que es la “Técnica de resolución de problemas”.

La terapia desde este punto de vista te aportaría estrategias para solucionar tus problemas, estas soluciones consistirían en respuestas de afrontamiento hacia esas dificultades que pueden ser de diversa índole, desde pequeñas cosas de la vida cotidiana, “tengo que arreglar un papeleo que no se bien cómo hacerlo ni a quien pedirle ayuda” o cuestiones más complicadas del tipo “pedirle un aumento a mi jefe” o “cómo ayudar a un familiar enfermo”. Esta técnica puede ayudarnos en un buen número de situaciones sociales de interés, como el estrés cotidiano en adolescentes, el bienestar psicológico en adultos, el abuso de sustancias, los problemas relacionales, etc.

El objetivo general de la terapia de solución de problemas es identificar cuáles son las situaciones estresantes que generan emociones negativas, poder disminuir lo máximo posible el grado de en que esa emotividad afecta a los intentos de hacerle frente a la cuestión y mejorar los resultados que obtenemos, así como enseñar habilidades para mejorar la forma de afrontarlo.

Dividiremos en 6 pasos el método a seguir para generar una buena solución ante un problema.

 

1.- Identifica los problemas

En primer lugar haremos una lista de problemas, para esto tenemos que tener en cuenta si el problema es tuyo o no. ¿No te ha pasado que muchas veces te has cargado con los problemas de los demás? pues bien, si no es tuyo ve tachándolo de la lista y cuidado con no confundir un problema que puede afectarme con un problema que sea mío y que tenga que resolver yo.

Una vez que has dejado en la lista los que realmente son tuyos intenta definirlo de una forma concreta. Si sabemos realmente a lo que nos estamos enfrentando será más fácil buscarle una solución, para esto puede ayudar buscar información sobre el tema y establecer unos objetivos realistas. Algunas personas simplemente con este ejercicio de enumerarlo, se dan cuenta que no eran tantos ni tan graves esos problemas que le tenían preocupado, aunque aún no le hayan buscado la solución.

Por ejemplo: “mi vecino me fastidia”, de una forma más específica sería “mi vecino da clases de baile en su casa los fines de semana y me molesta el ruido”.

2.- Escoge un problema              

Después escogemos uno, y cuidado con que sea un problema que pueda resolverse (un buen tutor me dijo una vez que tenemos que tener cuidado en saber diferenciar los problemas de las desgracias, los problemas tienen solución, las desgracias no).

Una vez que tenemos identificado por cual vamos a empezar de la forma más concreta posible nos hacemos unas preguntas ¿fui capaz de solucionar un problema similar en el pasado? ¿Cómo lo hice? ¿Puede ayudarme alguien?

 

3.- Busca alternativas

Posteriormente buscamos todas las soluciones que se te ocurran, da igual que sean buenas o malas, cuantas más ideas mejor, esto se llama tormenta de ideas, el que aparezcan muchas ideas aunque algunas parezcan tonterías te ayudará, lo único imprescindible es que sea una solución que pueda ser aplicable al problema, ya simplemente con eso disminuirá el malestar que se genera cuando pensamos que un problema no tiene solución. Si aumentamos lo máximo posible el número de soluciones puede que entre ella se encuentra una que sea eficaz.

Del ejemplo anterior podría ser: hablar con él directamente, quejarme a la comunidad, buscarme yo actividades fuera los fines de semana, ponerme tapones en los oídos…

 

4.- Toma decisiones

Comparamos entre sí todas las propuestas para ver cuál puede ser la mejor. Le ayudaremos a escoger algunas de esas propuestas de soluciones que ha hecho y veremos de 2 ó 3 los pros y contras de cada una. Tendremos que valorar cuales son las repercusiones sociales y personales de cada una así como las consecuencias a corto y largo plazo. Tendrás que valorar también el tiempo y el trabajo que necesitas invertir para este posible remedio. No tiene porqué ser la primera opción la correcta, un problema puede tener distintas soluciones.

 

5.- Pon en práctica la solución

                Posteriormente pondrá en práctica la opción elegida, tiene que ser un  plan alcanzable, lo más específico posible, con fechas concretas… aunque pueda necesitar ayuda también para llevarlo a cabo.

 

6.- Comprueba el resultado

Por último analizaremos los resultados, qué pasó, qué fue bien y qué mal. Si fue bien el problema estará resuelto, si no, tenemos distintas opciones, podemos seguir con el plan inicial, revisaremos la meta, y a lo mejor esta primera opción te ayuda a que veas otras opciones y soluciones de las que planteaste antes.

 

Dra. Mª Carmen López Alanís

Psiquiatra Instituto Bitácora

PorInstituto Bitácora

¿Cómo afrontar un duelo?

Aunque el duelo es una experiencia común no deja de ser estresante. Todos en algún momento de nuestras vidas tendremos que afrontar la muerte de algún ser querido y hoy queremos hablar un poco sobre ello.

La palabra “duelo” proviene de la terminología latina dolus que significa: dolor.

Durante un duelo se van desencadenando multitud de sentimientos y todos necesitamos un tiempo para aceptarlos.

¿Es normal cómo estoy llevando mi duelo?

Normalmente en un primer momento se produce una fase de negación, esto quiere decir que la persona se siente como aturdida o confundida sin creerse lo ocurrido. Este sentimiento es normal en unas primeras horas o días, es como un mecanismo de defensa porque en un primer momento no podemos soportar tanto dolor, no nos da tiempo a encajar la noticia, incluso este periodo ayuda a llevar a cabo tareas propias de organización del funeral y demás. Estos rituales como el funeral ayudan en la aceptación, de la misma forma que es positivo hablar de la pérdida y de las circunstancias que rodearon a la muerte, donde estabas cuando te enteraste, cómo será el funeral…

A los pocos días este embotamiento desaparece y suele aparece la sensación ya de echar de menos al ser querido perdido. Pueden aparecer pesadillas y puede aparecer un estado de importante nerviosismo. También es natural sentir rabia, tenemos que enfadarnos, enfadarnos con el mundo, con Dios porque se lo ha llevado, con nosotros mismos por no haber estado presente, con los médicos por no haber hecho más, hasta con el fallecido porque se ha ido y me ha dejado solo.

Puede haber personas que “ven” o “sienten” a sus seres queridos en cualquier sitio, en la casa, la calle, el parque… lugares donde habían pasado tiempo juntos.

Otras personas pueden sentir alivio porque la muerte ha sido tras una dolorosa enfermedad y por fin todos han dejado de sufrir y, aunque pueden aparecer sentimiento de culpa, no tienes que sentirte culpable.

En estos momentos, lo habitual es que no le apetezca a la persona comenzar a recuperar sus actividades diarias pero lo mejor es volver a recobrar poco a poco las actividades normales de cada uno en unas dos semanas, si bien este no es el momento de tomar decisiones que supongan cambios importantes en tu vida.

Pese a que pronto recupere su funcionamiento habitual es natural que durante varios meses este muy presente en el pensamiento de la persona el recuerdo tanto de buenos como de malos momentos. Poco a poco, y como el tiempo todo lo cura, la tristeza disminuye y aunque nunca lo olvide no estará tan presente en tu día a día. Podemos encontrar maneras de recordar a los seres queridos que han fallecido llevándolos con nosotros, pero sin que ello nos impida seguir viviendo. La relación que existía entre la persona que ya no está y tú, siempre quedará dentro de ti.

¿Qué cosas puede hacer qué te ayuden a superarlo, aunque te resulten difíciles?

Arreglar y recoger las cosas personales y prendas de vestir de la persona querida, hablar con alguien de cómo te sientes, tener cerca a tus familiares y amigos, otros miembros de la familia pueden estar en tu mismo lugar y también en esas dificultades y evitar el tema no es aconsejable.

¿Cuándo pedir ayudar en un duelo?

La aceptación es la fase final del duelo. Aunque depende de cada persona, en uno o dos años, la mayoría de las personas se recuperan de una pérdida importante. Si necesitas o has necesitado más o menos tiempo permítete sentir como te sientes pero ten en cuenta que, aunque un proceso de duelo puede tener unas manifestaciones normales, el duelo, como todo proceso humano, se puede complicar. También puede ocurrir que te veas incapaz de afrontarlo, sintiéndote bloqueado y completamente abrumado, notando que nada cambia con el paso de los meses, viéndote estancado en las mismas emociones y pensamientos, y con dificultad para afrontar la vida, en este caso es cuando puedes pedir ayudar a nosotros, a los profesiones.

Dra. Mª Carmen López Alanís.

Psiquiatra Instituto Bitácora

 

PorInstituto Bitácora

NUEVAS TECNOLOGÍAS. REDES SOCIALES

La llegada de Internet y las nuevas tecnologías de la información y comunicación a nuestras vidas ha supuesto un gran cambio. Un cambio que afecta a casi todo, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones sociales, a nuestro ocio, a nuestro tiempo libre…y la adaptación a esta nueva realidad, que es compleja y dinámica, que va a una velocidad de vértigo, no resulta fácil. En muchos casos, no somos conscientes de su alcance real.

En muy poco tiempo nos hemos vistos rodeados de correo electrónico, consultando todo tipo de páginas webs, inmersos en redes sociales como Facebook, Twitter, Linkedin, Google plus, Youtube, Instagram…observando, publicando y comentando;  chateando; siguiendo o creando blogs, participando en foros de opinión…

Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en una extensión más de nuestras vidas, y de los diferentes aspectos de ella, lo personal, lo relacional, el ocio, lo profesional…pero no siempre se es consciente de lo que supone todo ello.

En Instituto Bitácora, trabajamos sobre los problemas que se generan por el mal uso de las nuevas tecnologías, problemas que muchos minimizan, cuestiones a las que se les quitan importancia, pero que pueden acabar provocando un malestar significativo, y por tanto afectando a nuestro presente y a nuestro futuro.  Uno de los aspectos, el que nos ocupa hoy, es un ejemplo claro de cómo el uso que hacemos de las redes sociales, tienen un efecto en el aquí y ahora, pero también en el después. Leer más

PorInstituto Bitácora

¿Cómo se puede tratar el Trastorno bipolar?

Como dijimos en el anterior post el Trastorno bipolar es una alteración en los mecanismos de regulación del ánimo y esta disfunción se va a mantener a lo largo de la vida, si bien se puede controlar con el tratamiento adecuado. Es decir, es un trastorno crónico y recurrente pero se pueden controlar sus síntomas y alcanzar la estabilidad.

Uno de los pilares fundamental del tratamiento es la medicación. Uno de los tratamientos más eficaces son las sales de litio, muy eficaz pero con posibles efectos secundarios a largo plazo, es necesario hacer controles analíticos. Los más utilizados como alterativas al litio son los estabilizadores del ánimo, que también son fármacos antiepilépticos, ayudan a que no haya fluctuaciones muy intensas o picos en el humor. Los antipsicóticos son otro grupo de fármacos muy usados en el TB y, como su propio nombre indica, controla los síntomas psicóticos (ideas delirantes, alucinaciones…), sin embargo, no es necesario que estos síntomas estén presentes para que sean beneficiosos en el trastorno bipolar, por tanto, también son un grupo de fármacos que se usan en todas sus fases. De forma que todos los medicamentos anteriores valen tanto para el tratamiento de una fase maniaca como depresiva como durante una fase de ánimo no alterada para la prevenir nuevos episodios. Los antidepresivos también son usados en las fases depresivas aunque hay que tener precaución pues puede inducir un viraje hacia la polaridad maniaca.

Por supuesto, la psicoterapia, ya dedicamos un post para hablar más detenidamente de la psicoterapia, es una técnica muy eficaz para ayudar a lo largo de todo el proceso de la enfermedad y en especial con la psicoeducación hay evidencias de que ayudar a evitar el riesgo de recaídas, que tanto el propio paciente como la familia conozcan en qué consiste la enfermedad, sus fases, sus síntomas más comunes, las situaciones de riesgo y posibles factores desencadenantes de un nuevo episodio es una herramienta fundamental para prevenir las recaídas.

Hay otros tratamientos biológicos que también son eficaces como la terapia electroconvulsiva. Aunque esta técnica durante un tiempo no sido bien considerada puede ser muy eficaz y segura, prueba de ello es que sería el tratamiento de elección en una embarazada, incluso antes que los fármacos. Se usa fundamentalmente en los episodios depresivos.

En algunos episodios puede ser necesario el ingreso en un hospital sobre todo para evitar conductas de riesgo para el propio paciente o los demás durante algún brote, tanto si nos encontramos en una fase depresiva por el riesgo autolítico como en una fase maniaca para el control y la contención de las conductas.

Por supuesto son recomendables las medidas higiénico dietéticas, como para cualquier persona, el mantener una actividad regular, incluyendo el ejercicio físico, descanso regular de unas 8 horas de sueño diaria, evitar el alcohol y otras sustancias y respetar las rutinas diarias es más que necesario.

Al igual que en otras enfermedades tras un brote es necesario un periodo de convalecencia, en el que se evitaran las situaciones estresantes con más prudencia si cabe, pero posteriormente se busca la estabilización y normalización total de las actividades diarias.

Es importante estar atento a los síntomas sin obsesionarse por la enfermedad pues la aparición de pequeñas fluctuaciones de ánimo puede ser normales como en cualquier persona, sobre todo para la familia que en ocasiones puede que se asuste, y el miedo es mal consejero, cuando ve a su familiar un día más decaído o contento de lo habitual. Por otra parte sí hay que aprender a reconocer el exceso de estrés y aprender a manejarlo ya que es una de las causas habituales de recaída.

En relación a si es una enfermedad incapacitante o no podemos hacer distintas reflexiones, es cierto que en algunos casos puede afectar a capacidades como la atención o la memoria, sin embargo, algunos personajes que han realizado grandes contribuciones relevantes a la humanidad podrían haber sufrido trastorno bipolar y no se puede decir que ellos tuvieran un déficit cognitivo sino todo lo contrario.

Dra Mª Carmen López Alanís.

 

 

PorInstituto Bitácora

¿Qué es el Trastorno bipolar?

El “ser bipolar” es un término que se puede escuchar con bastante frecuencia en la calle, hoy nos gustaría describir en qué consiste el trastorno bipolar (TB a partir de ahora) y cuáles son los síntomas que lo caracteriza y dejaremos para un siguiente post las distintas alternativas de tratamiento que podemos tener.

Es una enfermedad que aparece como consecuencia de una alteración en los mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo, de forma que pueden aparecer estado de ánimo bajo (episodios depresivos), exaltado (episodios maniacos) o mezcla de ambos (episodios mixtos.) más de lo normal en duración o intensidad y puede ser independiente de las circunstancias externas aunque estas pueden actuar como desencadenantes. Estos episodios pueden alternarse con épocas de normalidad en el estado del ánimo (eutimia).

Afecta al 2% de la población en España. Suele aparecer sobre los 20-30 años aunque puede aparecer en niños y personas mayores.

Existe un componente genético pero también se tienen que dar una serie de factores precipitantes para que se produzca la enfermedad. Cuando comienza la enfermedad es frecuente que sea precedida por un factor vital estresantes, posteriormente la aparición de los episodios puede no estar tan relacionada con estresores vitales.

Como hemos dicho, pueden aparecer episodios maniacos, depresivos o mixtos

Un episodio maniaco se caracteriza por la euforia, autoestima exagerada, mayor sociabilidad y locuacidad, desinhibición sexual, aumento de actividades, de energía, de gastos, de proyectos… aparece el pensamiento acelerado que se traduce en que la persona habla muy rápido y de muchas cosas y también suele existir disminución de las necesidades de sueño.

En un episodio depresivo aparece el cansancio, las alteraciones en el sueño y la comida (bien por exceso o por defecto), la apatía, el pensamiento enlentecido con tendencia a culpabilizarse, baja autoestima, puede aparecer también ansiedad, incluso ideas de muerte con riesgo de suicidio.

Durante estos episodios pueden aparecer síntomas psicóticos y, en los primeros episodios, puede ser una persona diagnosticada de trastorno psicótico o incluso esquizofrenia, y posteriormente cambiar el diagnóstico a TB. Cuando una persona sufre síntomas psicóticos quiere decir que pierde el contacto con la realidad, puede tener creencias falsas pero de las que el paciente está plenamente convencido o alucinaciones, escuchar voces sin que nadie le esté hablando.

No todos los TB son iguales, podemos encontrar Tipo I, Tipo II, Espectro bipolar o ciclotimia.

Cuando nos encontramos con las manifestaciones más clásicas de TB estamos hablando del Tipo I que se caracteriza por la presencia de episodios maniacos y depresivos, con periodos intermedios de ausencias de síntomas o eutimia.

En el segundo tipo o tipo II no existen episodios maniacos sino hipomaniacos (de menor intensidad y sin tanta repercusión funcional) y episodios depresivos sobre todo.

El Espectro bipolar se podría considerar un tercer tipo e incluye los pacientes con episodios depresivos recurrentes y eventuales manifestaciones en el polo maniaco, serían como formas menores del TB.

Y el que podríamos considerar último tipo es la ciclotimia en el que se producen fluctuaciones del estado ánimo más leves.

Hay distintos subtipos de TB y siempre, por supuesto, teniendo en cuenta que cada persona siempre es distinta a otra en sus síntomas y evolución. Y dentro de cada subtipo existen también diferentes grados de gravedad que van a depender de la evolución de la enfermedad, y no solo del subtipo de trastorno bipolar, sino que si un paciente no realiza bien el tratamiento o consume sustancias tendrá más repercusiones independientemente del subtipo que padezca, porque además nosotros consideramos que “hay enfermos y no enfermedades”.

Dra Mª Carmen López Alanís

PorInstituto Bitácora

Adicción al sexo

Las conductas compulsivas, son cada vez más habituales en nuestra sociedad. Hoy hablaremos sobre una de ellas, la adicción al sexo.

A través de la publicidad, los diferentes medios de comunicación, internet… estamos rodeados de estímulos relacionados con contenido sexual, y en muchos casos se vincula el sexo con el éxito, la aceptación, el poder.

Decía Gabriel García Márquez que “El secreto de la felicidad es hacer aquello con lo que uno disfruta”. Si con el sexo se disfruta, las personas con este tipo de conducta deberían ser muy felices. Esta idea es así para muchos, tanto que la adicción al sexo les parece algo envidiable y divertido, e incluso se hacen chistes acerca de ello…

 

“ ¿Yo adicto al sexo?… tetas equivocando y puedo repetirlo 69 veces, ni que semen notara, si que eres sexagerado …”

 

… sin embargo, las personas que sufren este tipo de problemas tienen un instante de goce y una intensa sensación de malestar, que resulta tan dañina para uno mismo y para su entorno (pareja, familia, trabajo, red social…) como la adicción a las drogas.

La adicción al sexo o hipersexualidad, es un problema que ha crecido muy significativamente en los últimos años. Según Carlos Chiclana, especialista en Psiquiatría y autor de “Atrapados en el sexo”, entre el 3 y el 5% de la población padece hipersexualidad, otros estudios aumenta el porcentaje hasta el 8%, coincidiendo todos en que es más frecuente en los hombres, con una proporción de tres por cada mujer y suele comenzar en la juventud.

La llegada de internet a nuestras vidas es uno de los principales factores que tienen que ver con dicho incremento. Internet es una gran ventana al mundo que nos da infinitas posibilidades en todo y para todo, y que además es accesible, asequible, permite el anonimato e inmediatez, características que hacen de internet un caldo de cultivo excelente para que se desarrollen y potencien este tipo de problemas.

Existen muchas posibilidades, multitud de webs de contenido sexual, así como fáciles vías para buscar y mantener relaciones sexuales con otras personas. Y lo podemos hacer desde casa, desde el trabajo, desde casi cualquier parte, a cualquier hora y sin que nadie se entere… y lo podemos hacer YA (impulsividad) y además una y otra vez (compulsividad).

Para una persona que tiene este tipo de problemas, recurrir a actividades sexuales, como masturbarse de manera compulsiva, consumo de pornografía, prostitución, líneas telefónicas eróticas, relaciones con múltiples parejas, encuentros sexuales con personas desconocidas… es una respuesta a estados de ánimos desagradables y que por tanto, nada tiene que ver con una vida sexual placentera, libre y sana.

La mayoría de las personas afectadas por este problema son conscientes de ello, pero no saben cómo afrontarlo. En muchos casos siente culpa y vergüenza que los incapacita para compartirlo y pedir ayuda.

Dejado a su libre evolución, todo se va complicando, el deseo sexual lo va controlando todo, porque pasa a estar muy presente, llegando a ser una prioridad por encima de ellos mismos, de sus relaciones con seres queridos, de sus responsabilidades, y acaba incapacitando a la persona para afrontar el día a día.

Cuando el deseo se convierte en irrefrenable, la persona no es capaz de hacer otra cosa que no sea satisfacerlo, y no es capaz de valorar los riesgos y consecuencias negativas, y tras consumarlo, aparece un malestar intenso de componente ansioso depresivo.

El tratamiento de la adicción al sexo o hipersexualidad es similar al de otras adicciones. En Instituto Bitácora, atendemos estos problemas de forma individualizada, multidisciplinar e integral, combinando diferentes estrategias, cuyo objetivo es que la persona logre una sexualidad que resulte satisfactoria, que no genere malestar.

El apoyo farmacológico, la psicoterapia individual, la psicoterapia de grupo y la atención a la familia, resultan eficaces y eficientes para hacer frente al problema desde la raíz y evitar así futuras recaídas.

 

Algunos síntomas de adicción al sexo:

-Actividad sexual (masturbación, pornografía, sexo con otras personas) muy frecuente, desproporcionada o desadaptada. Los pensamientos de contenido sexual, ocupan mucho espacio.

-Fracasos en los intentos de reducir o no llevar a cabo la conducta sexual.

-La conducta se oculta, lo que conlleva mentiras y mantener una doble vida.

– Cada vez ocupa más tiempo, cada vez la sensación de bienestar es menor, y de manera inversamente proporcional el malestar mayor.

-Se van dejando responsabilidades familiares, laborales o académicas…

-Las relaciones interpersonales y el ocio se van deteriorando. La persona se va aislando.

-Hay un alto nivel de sufrimiento, ya que la persona continua con la conducta a pesar de las consecuencias negativas.

-La persona experimenta desajuste físico y emocional en forma de ansiedad, inquietud, mareos, dolor de cabeza, insomnio, bruscos cambios de humor, irritabilidad, depresión… cuando no lleva a cabo la conducta.

Asunción Lago Cabana

 

PorInstituto Bitácora

¿QUÉ ES ANTES, EL HUEVO O LA GALLINA?

 

Cuando las personas se inician en el consumo de alcohol y/o drogas, lo normal es que se encuentren contentos y satisfechos, con los efectos de la misma.

Y aunque esta afirmación pueda resultar chocante, la verdad es que tanto el alcohol como las drogas o conductas potencialmente adictivas, al principio, producen un estado incomparable de entusiasmo y euforia, o bien proporcionan una especie de respiro artificial ante las obligaciones, presiones, aburrimiento, insatisfacción, sensación de vacío u otro tipo de dolor emocional que se pueda estar sintiendo.

Pero esto, volvemos a insistir, solo se produce muy al principio, ya que más pronto que tarde, como consecuencia de la repetición de la conducta de consumo, si o si, van a parecer una serie de problemas que como mínimo incluyen: Leer más

PorInstituto Bitácora

DE LA HOJA DE LA COCA A LA COCAÍNA

En la actualidad, es por todos sabido que la cocaína es una droga con un alto potencial de peligrosidad, pero no siempre ha sido así.

La cocaína no es una droga nueva, existe desde hace más de un siglo, y las hojas de la planta de donde se obtiene, la coca (en quechua, lengua originaria de los Andes, kuka) ha sido y es usada por la población andina desde hace miles de años hasta la actualidad.

Hojas de coca y cocaína son historias completamente diferentes. La aparición de la cocaína como droga es un fenómeno totalmente distinto y mucho más reciente.

En algunas investigaciones se afirma, que hace la friolera de tres milenios antes del nacimiento de Cristo, los antiguos incas en los Andes ya consumían hojas de coca. El uso tradicional de las hojas de coca se limita a rituales religiosos, y uso medicinal. Uno de los usos más conocidos es el de hacer frente al mal de altura, que es la respuesta fisiológica del cuerpo ante la disminución de la presión atmosférica y oxígeno de las montañas.

Los exploradores europeos de América del Sur de principios del siglo XIX, quisieron descubrir las propiedades de esta planta, que proporcionaba inmunidad ante el cansancio, el hambre y la sed, a los indígenas, y así, llevaron a sus países de origen las hojas de coca.

Fue Albert Niemann, farmacéutico y químico alemán, quien en 1859, extrajo la sustancia activa de la hoja de la coca y la llamó clorhidrato de cocaína, o cocaína. La cocaína rápidamente se hizo popular, por sus aparentemente infinitas aplicaciones en el ámbito farmacéutico y médico.

Se usó como anestésico e incluso, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, fue uno de los más grandes defensores del uso clínico de este fármaco para diferentes trastornos, entre otros la adición a la morfina, y la recetó a pacientes y amigos, e incluso él mismo usó la cocaína.

Se vendía libremente, en comercios y farmacias, y su uso se extendió a otros menesteres. Ejemplo de ello es el de el químico Angelo Mariani, que elaboró un vino tonificante, con base de vino de burdeos y que contenía cocaína y que gozó de gran popularidad a finales del XIX.

Algunos investigadores refieren que personajes relevantes de la época, como la reina Victoria De Inglaterra y su heredero; Alejandro II, el zar de Rusia; Willian Mckinley, vigésimo quinto presidente de Los Estados Unidos; la actriz francesa Sarah Bernhardt, considerada por algunos como la mejor actriz de todos los tiempos; Thomas Edison el gran inventor; el escritor de novelas de aventuras Julio Verne; también escritor, figura del naturalismo literario y personaje muy comprometido con la realidad social que le tocó vivir, Emile Zola; el papa León XIII…y hasta personajes de ficción como el inteligente y hábil Sherlock Holmes eran aficionados a este brebaje.

También elaboró pastillas, elixires e infusiones, con los que cosechó una gran fortuna, hasta que todo ello fue prohibido a principios del siglo XX cuando no quedaban dudas acerca del efecto nocivo de la cocaína. Pero ya desde los principios del descubrimiento de la cocaína, hubo voces que advertían de su peligrosidad, así, en 1880, el médico W. H. Bentley decía: “Yo sé por qué algunos médicos dicen que la cocaína no produce hábito.Es que no basta ni con una ni con dos dosis. Hay que continuar hasta que la droga empieza a gustar, hasta que se espera con ansia el momento de tomarla, hasta que no se puede esperar la llegada de ese momento. Y cuando llega ese instante, la cocaína domina con más fuerza que la morfina. He venido a decirles lo que es ese hábito. Y ante Dios, señores, yo les digo que lo sé. Lo sé porque soy cocainómano y no puedo dominarme.”

Así, que en poco más de unas décadas, ya se conocían los efectos nocivos y el potente efecto adictivo de la cocaína, frente a la tradición milenaria de la hoja de la coca. Y es que, como decíamos más arriba, hoja de coca y cocaína son cuestiones distintas.

La absorción de la hoja de la coca en su forma tradicional es lenta y no causa los mismos efectos psicoactivos y eufóricos asociados con el uso de la droga en su preparación química de laboratorio. La adicción, formación de hábito, daño corporal y neurológico, u otros efectos nocivos del consumo de la hoja de la coca en su forma natural, no se han documentado ni demostrado científicamente.

En fin, que lo que empezó como una tradición religiosa en los Andes, el hombre moderno lo trajo a Europa y lo que en un principio parecía un gran descubrimiento para la medicina, se ha convertido en una droga peligrosa que llega a todos los rincones del mundo.

La página web de Instituto Bitácora, recoge una breve descripción de lo que a día de hoy todos conocemos acerca de la cocaína: La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central. Tiene una enorme capacidad adictiva. Por lo que resulta sencillo y rápido pasar de consumos ocasionales a habituales, de un consumo recreativo a una adicción. Los efectos de su consumo a corto plazo pueden resultar muy atractivos, pero su consumo habitual provoca importantes complicaciones orgánicas, psicológicas y sociales.

Entre las orgánicas, principalmente alteraciones cardiovasculares y neurológicas, además de problemas respiratorios, falta de apetito y pérdida de peso, problemas renales, alteraciones menstruales, infertilidad e impotencia… y serias complicaciones psicológicas como fuerte dependencia psicológica, trastornos cognitivos (atención, concentración), trastornos del sueño y trastornos psíquicos severos como ideas paranoides, depresión, ansiedad, ideas suicidas…

Una complicación añadida al consumo de cocaína es, que esta droga tiene un elevado nivel de asociación tanto con otras drogas como el alcohol, como con conductas potencialmente adictivas, como el sexo o el juego.

 

Asunción Lago Cabana

PorInstituto Bitácora

¿VIVIMOS MAL EN ESPAÑA?

Nos dicen por aquí y por ahí, que España es un lugar idóneo para vivir. Por el carácter abierto, alegre y apasionado de sus gentes. Por su clima y sus horas de sol. Por su gastronomía, variada y basada en la muy buena calidad de materias primas. Por su cultura, que cuenta con un legado artístico incomparable a lo largo de los siglos. Por sus paisajes, que son tan variados como sorprendentes…

 

De hecho, creo que si nos paráramos a preguntar, la mayoría de la gente que vive en nuestro país, diría que, como en España no se vive en ningún sitio. De hecho, muchas personas que vienen de fuera, ya sea para estudiar, para disfrutar después de toda una vida de trabajo, o para comenzar una nueva etapa, se instalan en nuestro país por las diferentes oportunidades que les pueda ofrecer. Leer más

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies