Cuando las personas se inician en el consumo de alcohol y/o drogas, lo normal es que se encuentren contentos y satisfechos, con los efectos de la misma.
Y aunque esta afirmación pueda resultar chocante, la verdad es que tanto el alcohol como las drogas o conductas potencialmente adictivas, al principio, producen un estado incomparable de entusiasmo y euforia, o bien proporcionan una especie de respiro artificial ante las obligaciones, presiones, aburrimiento, insatisfacción, sensación de vacío u otro tipo de dolor emocional que se pueda estar sintiendo.
Pero esto, volvemos a insistir, solo se produce muy al principio, ya que más pronto que tarde, como consecuencia de la repetición de la conducta de consumo, si o si, van a parecer una serie de problemas que como mínimo incluyen: Leer más