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PorInstituto Bitácora

EL INTERROGATORIO

Todo paso poco a poco en una tarde de charlas y café con un buen amigo, hacia bastante tiempo que no nos veíamos, fuimos muy buenos amigos, y aparte de la amistad que nos unía, también compartíamos alguna que otra adicción.  Al cruzarnos nos dio mucha alegría, decidimos tomar un café, empezamos una charla que cuando me quise dar cuenta me estaban haciendo un interrogatorio.

Conforme se alargaba la charla me estaba dando cuenta que seguía en aquel infierno, puesto que solo quería saber cómo yo había cambiado tanto para bien, que el solo noto al apreciar mi aspecto y mi forma de hablar, no me importo sincerarme con él, ya que medí cuenta que estaba buscando ayuda, aunque su orgullo no le dejaba dar el paso definitivo, yo intente de ponérselo lo más fácil posible, me deje llevar y arranco nervioso un interrogatorio de preguntas, por querer saber que había pasado con aquel amigo que el dejo,  y hoy se encontró con otro distinto, no daba crédito a como yo estaba.

¿Cómo cambiaste tu vida de tal manera que no pareces el mismo?

Querido amigo la verdad que no soy el mismo, cuando te sirven una ración de gloria y estas harto de un plato tras otro de un infierno, no tienes dudas en saborear el nuevo, claro que no soy igual que era, solo quedo el carnet de identidad. La persona es otra, me he pausado, me he parado y he pensado, antes era un correr continuo, iba como pollo sin cabeza no pensaba, solo actuaba, mentía cada vez que hacía falta escapar de alguna situación, maquillaba todo para que pareciese otra cosa de lo que en realidad fue.

En fin, me hice un experto en cambiar las cosas de sitio, en hacer creer lo que ni yo mismo creía, estaba transformado, distorsionado, me pare y con el tiempo aprendí, aprendí a ver las cosas tal y como son, a vivir en el mundo real, sin mentiras, sin cambios de aspecto y de color, sin tener nada que esconder, aprendí de mí, y descubrí que sí que es posible, vivir en el mundo real.

¿se te aprecia de que estas mucho mejor?

Si amigo estoy bastante mejor, pero no solo por fuera que es lo que se aprecia, lo importante es por dentro, que es lo que real mente me importa, estoy tranquilo sereno y disfruto de todo, de los míos de ti que eres mi amigo y de mí que me tenía abandonado, olvidado y aparcado, hoy todo me parece de color, vivía en blanco y negro.

¿Quién te ve y quien te vio?

Fue seguramente lo que no tenía que haber sido, seré lo imprevisto, pero soy lo que quiero ser, y eso es lo que me importa, aquí y ahora, no pienso arruinar mi presente por culpa de un pasado que no tiene futuro.

¿Cómo estas en este momento?

Estoy en un sitio de confort, cómodo y contento conmigo que ya lo echaba de menos, a gusto con los demás como nunca lo estuve, agradecido por encontrarme aquí, cuando has vivido con el barro al cuello tanto tiempo, cualquier plato caliente te satisface, y no solo eso además te sirven con agrado y yo siempre fui agradecido.

¿Cómo lograste escapar?

Me di cuenta que del mal al bien solo hay un pazo, me limpié los zapatos y pase, el escapar fue complicado, pero el mantenerte fuera fue difícil, pero si aceptas la ayuda que te ofrecieron el camino fue bonito, sereno y lleno de satisfacciones.

¿Cómo lo viviste?

Es un mundo que ignoras y al principio a penas crees, pero si te pones el traje de guerrero y pones confianza en ti, te dejas llevar por la experiencia y sabiduría, pero sobre todo cree en ti porque solo creyendo en ti lo podrás conseguir., dijo un guerrero, cuando pises la arena hazlo con el espíritu del vencedor, no salgas con la derrota.

¿Qué te hizo dar el paso?

El dar este paso es complicado, de hecho, hay que reunir algunas cosas, por ejemplo, haber vivido como un muerto en vida, haber estado en el fondo del pozo con la soledad que esto conlleva, el vivir en la miseria de la falsedad y sentirte como tal, y otra cosa que ocurre que aquí nadie va, al noventa por cientos los llevan o te invitan obligado a que tienes que ir, y si no es así pues prepara las maletas que de aquí te vas, cuando reúnes todo esto ya estás preparado para dar el primer paso. 

¿Cuánto tiempo llevas?

Querido amigo aquí el tiempo es lo que menos importa, aquí solo importa la constancia y la fidelidad, constante y fiel a tus principios, a tu forma de actuar y de ver las cosas, tu empatía hacia los demás y el amor a ti y al prójimo, cuando te has llevado una buena ración de maldad y mentiras, todo el amor y cariño que pasa cerca de ti lo atrapas como un león a la gacela, y mañana no se te olvide de repetir lo mismo, al fin y al cabo, es una forma de vida muy común entre los humanos.

¿y cuánto tiempo resistirás con esta nueva actitud tuya?

Ja ja jjjjjja veo que no acabas de enterarte, no se trata de resistir ya que no estamos haciendo ningún esfuerzo, mi actitud es mi concepto de la vida y mi forma de vivir, mi camino se llama constancia y mi destino serenidad, calma y equilibrio.

¡no sabes cuánto me alegro por ti!

Gracias amigo yo me alegro más aun, por mí y por los que me rodean, se trata de querer dar el primer paso y dejarte llevar por la inercia, pero hazlo con confianza, lo que parece tan difícil y casi imposible, comienza a regalarte satisfacciones y se convierte en un camino bonito lleno de sorpresas que te hacen recuperar lo perdido, como la confianza que un día perdieron en ti, pero sobre todo no olvides que solo confiando en ti podrás vencer.,

Si tu cambias todo cambia…

PorInstituto Bitácora

Un tipo divertido

Era un tipo divertido, buena persona y amigo de sus amigos, solo tenía una falta y era grave, le gustaban casi todos los vicios, alcohol, drogas y mujeriego, como se suele decir un vicioso de los pies a la cabeza, no había soltado una cuando en nada de tiempo ya estaba metido en otra, lo que se dice un intermitente, pero de los rápidos, eso sí sin hacer daño a nadie tan solamente a los suyos que eran los que sufrían las consecuencias de aquella actitud desastrosa.

Pero un día ya cuando la gota culmino el vaso y casi con la maleta echa para que se fuese de casa, decidió pedir ayuda y bendito momento en el que lo decidió, su vida y la de los suyos cambio por completo, centro en casa la paz y cordialidad, un estado de bien inmejorable, todos tomaron aire y lo expulsaron, exclamaron por fin parece que todo va a cambiar, ha reaccionado cosa que parecía impensable, pero a todo santo le llega su día, pienso que exclamaron todos.

Dándole vueltas a la cabeza y pensando todo lo que dejaba detrás, cogió papel y lápiz y decidió escribir una despedida al infierno que había vivido.

En busca de mi libertad ya que fui un preso y esclavo de mi adicción un perdido en un mundo donde solo se escapa si reconoces lo que de verdad vives, se convirtió en un profesional de la mentira, de ocultar la verdad y de maquillar la realidad, en aquel infierno donde todo es oscuro y frio, donde el único carcelero y centinela de tu presidio eres tú, sin ver más salida que aferrarte a tu falso compañero, el que te hundió, el que como no abandones pronto te llevara a la tumba y después de abrir los ojos, empuño el lápiz y escribió esto.

Nunca me alegre tanto de haber perdido algo, en este caso a ti infierno, que tanto daño me hiciste, enturbiaste mi vida hasta el punto de no ser yo quien gobernaba mi persona, eras tú mi manipuladora, la que me condujo al desastre y al desaliento,

El que después de estar hundido me ato una piedra en los pies, la que me presentaba con un nombre distinto al mío, la que confundió a tantas personas.

Siento dejarte detras, pero tú compañía ya me hiso bastante daño, tanto a mi como a los míos, espero no te cruces más en mi camino, quiero olvidarte y dejarte lejos ya que no me aportaste nada, solo pena dolor y problemas, acabo de conocer la otra parte de la vida, la de verdad, la que no miente, la de los pies en la tierra y no en las nubes, la de levantarte por la mañana y sonreír al espejo la de dar un beso de corazón, la de echar un canto y emocionarte, la de tener sentimientos y que se te salten las lágrimas de emoción cuando el momento lo decida.

Después de desahogarse con todo esto, decidió de presentarse a la gloria, a la que hacía décadas que olvido, a la que echo tanto de menos que al encontrarla la abrazo y apretó como un náufrago puede agarrar algo que flota.

Hola espero me recibas en tus brazos, como ganas tenía yo de abrazarte, hacía tiempo que te esperaba, no recordaba como eras, pero ahora que empiezo a conocerte, no quisiera por nada del mundo pensar en perderte.

Estoy contento y lleno de satisfacción conmigo y con los que me rodean, porque me he encontrado, estaba perdido en las tinieblas, deambulando sin sentido.

De donde vengo no debería ni existir, tu ausencia me hiso bastante daño, pero al rescatarte mi vida tiene sentido, espero estar contigo todo el tiempo del mundo, eres agradable y suave como el terciopelo, tienes la claridad y dulzura del caramelo, sé que andar por tu alfombra suave tiene un precio, pero pisándola con firmeza y mente despejada, será un caminar sencillo, porque fuera de tu línea está la cuneta llena de espinos, y no quiero arañarme, porque ya cuando llegue a ti, traía las cicatrices de un caminar doloroso y triste.

En fin, quisiera estar siempre contigo y pasar los obstáculos de la vida juntos, porque luchando contigo, me siento más fuerte y más vivo, porque luchar muerto no es justo ni tiene sentido.

´´Solo creyendo en ti podrás vencer´´

JR 29/4-2023

PorInstituto Bitácora

El peligro de las cachimbas

Fumar cachimbas está de moda y es una afición compartida cada vez por más personas, especialmente adolescentes, entre los que empieza a convertirse en un problema serio.

Los jóvenes que fuman cachimba tienen la percepción de menor daño para la salud y de menor adicción en comparación con los cigarrillos convencionales. En este sentido, muchas personas adultas tienen la misma idea preconcebida. Además, su accesibilidad, la posibilidad de compartirla con los amigos, su sabor afrutado y más agradable que el tabaco o la falta de advertencia sobre sus riesgos, pueden ser factores que puedan explicar el auge de su consumo.

¿QUÉ SON LAS CACHIMBAS Y CÓMO FUNCIONAN?

Una cachimba es una pipa de agua que permite fumar tabaco aromático a través de un filtro de agua y una o varias boquillas, lo cual lo convierte en una especie de acto social. El humo, que puede tener diferentes sabores, está formado por tres ingredientes: tabaco caliente, melaza y fruta. Hay sabores diferentes como fresa, menta, piña, mora, etc.

¿POR QUÉ SON TAN PELIGROSAS LAS CACHIMBAS EN LA ADOLESCENCIA?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó ya en 2005 de que el consumo de cachimbas se estaba convirtiendo en un problema de salud pública.

Fumar en cachimbas puede liberar los mismos tóxicos que el cigarrillo convencional e incluso mayor cantidad de nicotina y de monóxido de carbono, a lo que hay que añadir los riesgos infecto-contagiosos por el uso compartido de boquillas.

Los estudios demuestran que fumar cachimbas produce cuatro veces más alquitrán que hacerlo con un cigarro tradicional, puesto que contiene más nicotina y metales pesados. Una sesión de cachimba de una hora provoca el mismo monóxido de carbono de 20 cigarrillos. Además del vapor que se inhala, están los aproximadamente 250 compuestos cancerígenos del tabaco, además de otros menos controlados, como aromas y esmaltes. La realidad es que las cachimbas son tan adictivas como el tabaco, pues la nicotina tiene un gran poder adictivo.

También, algunos adolescentes y jóvenes, mezclan el tabaco con los derivados del cannabis y sustituyen el agua por bebidas alcohólicas, lo cual hace que esta práctica sea todavía más dañina.

¿QUÉ IDEAS FALSAS EXISTEN SOBRE LAS CACHIMBAS Y LA SALUD?

Existen una serie de mitos extendidos y normalizados sobre las cachimbas:

Fumar en cachimba es más sano que fumar tabaco. Es falso puesto que los compuestos cancerígenos siguen estando presentes, y lo que es peor, están en mayores dosis si tenemos en cuenta el tiempo de exposición (un cigarrillo se fuma en 5 minutos pero una cachimba no).

Fumar en cachimba no produce adicción porque casi no tiene nicotina. También es falso porque contienen nicotina. Da igual que cambie la forma de consumo, la sustancia sigue estando y su poder adictivo también.

Fumar en cachimba es más sano que vapear. Igualmente es falso, el humo de la cachimba siempre es dañino a pesar de pasar a través del agua.

¿CÓMO PREVENIR EL CONSUMO DESDE LA FAMILIA?

Consideramos que la familia es la que más influye en cuanto a la prevención de las adicciones. Por este motivo, en este apartado, aportaremos algunas orientaciones dirigidas a los padres.

Parece bastante demostrado que los padres actúan como modelos de sus hijos y que por tanto, su conducta se verá reflejada en ellos. En muchas familias, los padres beben y fuman. Cuando se ha normalizado el consumo de tóxicos por parte de los progenitores, los hijos tienen más probabilidad de acercarse a ese consumo de sustancias tóxicas.

Los padres deben informarse bien de lo que suponen las drogas que sus hijos estén utilizando, alcohol, tabaco, cocaína, marihuana, etc. y de sus riesgos.

También los padres, deben de supervisar la conducta de los hijos, con autoridad y cariño, sin autoritarismos, lo cual servirá también de protección a los hijos, al limitar el efecto de la influencia de los grupos de amigos.

Un estilo permisivo de educación, dejando que los hijos hagan lo que quieran sin límites de ningún tipo, incide de manera desfavorable en la prevención de las adicciones o de conductas perjudiciales. A los chicos hay que ponerles normas y límites claros, y hacérselos cumplir, aunque siempre hay que ir mezclando la fortaleza y el cariño, lo que vendría a ejemplificarse con la frase “puño de hierro con guante de seda”.

Fomentar la autonomía, tan necesaria conforme los hijos van creciendo, desde la comunicación, el afecto y el control parental.

De especial relevancia es que desde la familia se fomente la autoestima en los hijos. Esto puede darse cuando existe una cohesión familiar y los padres se plantean una educación consistente, basada en valores y en el conocimiento de cada uno de sus hijos.

La ausencia de afecto, aceptación y apoyo de los hijos, disminuirá su autoestima y aumentará su inseguridad, lo cual sitúa a los hijos en un escenario de mayor vulnerabilidad. Los hijos con una buena autoestima, y que además cuentan con criterios propios, reducen su vulnerabilidad ante la presión social.

Otro de los factores que favorecen la prevención es que los padres estén al tanto de las actividades, aficiones y amistades que forman parte de la vida de sus hijos, aunque resulte más difícil conforme van creciendo.

Otro aspecto importante es invitar a los hijos a hacerse preguntas. Es más efectivo que se cuestionen y duden que darles las recetas de cómo actuar. De esta última manera tranquilizamos nuestra conciencia pero no es efectivo. Pueden ser interrogantes a plantear “¿por qué tus amigos no pueden pasar sin fumar cachimba?”, “¿consideras que es buena para la salud?”.

Por último, resultan de utilidad las escuelas de padres, para fomentar en los hijos valores e intereses pro sociales, responsabilidad, autoestima, habilidades sociales, capacidad de toma de decisiones y pensamiento crítico, entre otras cosas.

PorInstituto Bitácora

Menores y uso de internet

En los últimos tiempos, internet ha llegado pisando fuerte, colándose en el día a día de millones de usuarios que navegan a diario por la red. Sin duda los beneficios de internet son innumerables, pues con solo hacer un click, tenemos acceso a cualquier tipo de información. Pero lo que es una ventaja, también puede llegar a ser un inconveniente, sobre todo cuando esa ventana a todo tipo de información está también abierta a los menores. 

Los adultos, en mayor o menor medida, poseemos la capacidad de filtrar y juzgar con madurez aquellos contenidos que vamos encontrando en la red. Pero los niños, los adolescentes y muchos jóvenes no poseen la capacidad de discernir aquello que es real de lo que no lo es. Es por esto, que la exposición a internet conlleva unos riesgos de los que ya estamos comenzando a observar las consecuencias. 

¿Cómo está afectando la exposición a internet a los menores y a los jóvenes?

En primer lugar, un niño o un adolescente que tiene a su disponibilidad un móvil o una Tablet, lo primero que hará es dejar de realizar otras actividades acordes a su edad. En el caso de los más pequeños, hablamos de jugar en la calle con otros amigos, jugar al balón, jugar con juguetes y juegos, colorear, interesarse por libros, películas, etc. En el caso de los adolescentes, también se dejan de lado actividades como el deporte, música, películas, lectura, etc., o incluso las relaciones sociales. El repertorio de actividades y de intereses se reduce muchísimo cuando hay un móvil con internet 24 horas disponible. Un niño que juega poco, o a un adolescente que hace poco más que mirar su teléfono, ven muy limitadas sus oportunidades de interacción con el entorno, y con ello, su aprendizaje. Las relaciones con los iguales son bastante más limitadas, la interacción cara a cara se resiente y lo que predomina es la relación a través de las redes sociales. Esto les convierte en más inmaduros y vulnerables.

¿Qué es lo que las redes sociales enseña a los niños y a los jóvenes? 

Se puede decir que, hoy por hoy, Instagram es la ventana por la cual los más jóvenes ven el mundo. Y sobra decir que la imagen que enseña Instagram (al igual que todas las redes sociales) está bastante lejos de la realidad del día a día. Con esto, encontramos que los más jóvenes giran más en torno a enseñar, mostrar y parecer, que a realmente ser. Lo más importante ahora no es hacer cosas, conocer lugares o personas, es sacar todo eso en fotos y colgarlas en las redes sociales para que todo el mundo las vea.
Aún es pronto para poder conocer de forma certera las consecuencias que todo esto acarreará en las nuevas generaciones. Pero lo que sí se puede intuir, es que esta tendencia a querer mostrar al mundo cada paso que se da y la búsqueda constante de la aprobación de otras personas a través de likes y comentarios, es probable que vaya a estar ligado a problemas emocionales.
Existe una serie, “Black mirror” (disponible en Netflix) que, desde la ciencia ficción, en el capítulo 1 de su 3ª temporada ilustra muy bien este fenómeno. Es una forma de poder entender, dejando a un lado los elementos de la ficción, de qué manera las redes sociales pueden llegar a condicionar la vida de una persona.

¿Qué otros peligros entraña internet para los más jóvenes?

Quizás un aspecto aún  más preocupante dentro de todo este asunto es el acceso a la pornografía.
En el momento en el que un niño (sí, un niño) tiene un móvil entre sus manos, la probabilidad de que antes sus ojos aparezcan imágenes de índole sexual son bastante altas. ¿Cuántas veces al visitar alguna web hemos sido asaltados con esas molestas ventanas que se colaban en nuestro dispositivo mostrando todo tipo de escenas sexuales? Aparte de esto, no podemos olvidar el hecho de que el contenido adulto en muchos casos aparece entre los resultados del navegador sin que realmente sea eso lo que se está buscando.
Los pequeños manejan bastante bien las distintas aplicaciones de internet, y si el uso no lo hacen bajo la supervisión de un adulto, hay que dar por sentado que en un momento u otro, acabarán viendo contenido sexual. 

Como hemos mencionado antes, los niños y los adolescentes no tienen madurez suficiente para filtrar y analizar la veracidad del contenido que están viendo. Parece que esto está dando lugar a que los chicos asuman como algo normal la práctica de relaciones abusivas hacia la mujer y las relaciones sin protección. Quizás esto guarde cierta relación con los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud, que apunta a un incremento alarmante en los últimos años de las infecciones de transmisión sexual.

Los que hemos mencionado aquí, son solamente algunos de los riesgos que entraña el uso de internet por parte de los menores y los jóvenes. Existen otros peligros que pasaremos a describir en posteriores publicaciones.

En definitiva, es importante que los padres establezcan un control y una supervisión sobre el uso que hacen sus hijos de internet, como forma de evitar tanto el uso indebido, como la exposición a contenidos inadecuados.

Ana Ponce Rodríguez

PorInstituto Bitácora

LA FAMILIA COMO PRINCIPAL FACTOR DE MOTIVACIÓN AL TRATAMIENTO

En textos anteriores hablábamos de la adicción como una enfermedad insidiosa. De cómo la familia de la persona que tiene un problema por consumo de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas, iba identificando y viviendo los cambios en la conducta de la persona afectada, de cómo éstos, al principio se pueden justificar, dudando la familia de si realmente el consumo supone un problema o no. De cómo estos pequeños cambios, de mantenerse el consumo, irremediablemente van a más, hasta dar lugar al desarrollo de una enfermedad en la que poco a poco el bienestar físico, mental y social de la persona se ve afectado, así como la organización de la familia, las costumbres, la comunicación y las relaciones afectivas.

Estos cambios que se van produciendo como consecuencia del desarrollo de la enfermedad, no solo se manifiestan en el plano familiar. Las consecuencias negativas de la conducta de consumo se manifiestan en el plano personal, en la salud física y psicológica, en las relaciones interpersonales, en lo laboral o académico, en el manejo del ocio y tiempo libre…

En cuanto a salud física, si hablamos de adicciones químicas, las consecuencias van a depender del tipo de sustancia, de la cantidad y frecuencia de consumo, de la vía de administración, y de si estamos hablando de consumo de una sustancia, o de consumo de varias sustancias. En el caso de consumo de varias sustancias, las consecuencias físicas son mayores que si sumáramos los efectos de cada una por separado. Además de estas consecuencias físicas, en todas las adicciones, en las que hay sustancias y en las que no, se producen determinados cambios en la estructura y funcionamiento cerebral, que dan lugar a tolerancia, pérdida de control, síndrome de abstinencia y dependencia.

En el plano psicológico, las consecuencias son comunes a todos los problemas adictivos. Altibajos emocionales, bruscos cambios de humor. Irritabilidad. Ansiedad. Aislamiento. Sentimientos de culpa, de vergüenza, desesperanza. Además, el consumo de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas pueden suponer para las personas más vulnerables un detonante para desarrollar otros trastornos mentales.

En lo laboral, en casi todos los casos se producen problemas de tipo absentismo, menor rendimiento, choques con compañeros, con clientes, pudiendo acabar en pérdida del puesto de trabajo, o degradación laboral. Cuando hablamos de los más jóvenes las consecuencias negativas se ven en una bajada de motivación y malos resultados académicos.

En cuanto a red social, ocio y tiempo libre, la persona que consume, se va dejando poco a poco por el camino, relaciones sociales saludables, quedándose aislada o con relaciones en el que el nexo de unión es el propio consumo. Paralelamente se va abandonando actividades de ocio y tiempo libre, de manera que el consumo pasa a ser una prioridad.

La vida de la persona que tiene este tipo de problemas se convierte en un círculo vicioso en el que queda atrapado y del que sólo conseguirá librarse con un tratamiento adecuado. Las consecuencias negativas físicas, psicológicas y sociofamiliares se afrontan consumiendo más sustancia o llevando a cabo la conducta adictiva, a pesar de la clara evidencia de que es el consumo el que genera los problemas. De este modo, la persona se queda sin salida, el consumo genera malestar, y este malestar se afronta con el consumo.

Llegado estos momentos el día a día resulta muy difícil, tanto para el consumidor como para su familia, y el sufrimiento es una constante en las vidas de todos los implicados en este tipo de problemas.

Sin embargo, aunque éste es el complejo escenario al que se puede llegar cuando se tiene un problema de este tipo, la persona afectada no percibe la realidad de su situación con objetividad. Y aunque existe un verdadero sufrimiento por la propia incapacidad para controlar la conducta, la persona, ya enferma, no solo no pide ayuda, sino que la rechaza.

Y este hecho, el que a pesar del malestar físico, psicológico y social, la persona se resista a entender y aceptar que necesita ayuda para salir de la situación, hace que la adicción sea una enfermedad única.

Si me caigo y me lastimo el codo, no dudo en ponerme en manos del traumatólogo para que me haga las pruebas pertinentes y ver si no es nada, si me lo tienen que inmovilizar o me tienen que intervenir. Si me entra malestar general y fiebre, no dudo en acudir al médico de atención primaria y seguir sus indicaciones, para que la gripe sea lo más leve posible. Si experimento taquicardia, sensación de ahogo, respiración rápida, opresión en el pecho, sudoración, temblores, náuseas, mareo, acudo corriendo al hospital más cercano para comprobar que no me estoy muriendo, que no me estoy volviendo loco, y me someto a las pruebas que me indiquen, me tomo la medicación que me prescriban, y me pongo en tratamiento para no volver a experimentar esos niveles de ansiedad. Si un día en una revisión me detectan hipertensión, aunque no haya tenido síntomas, trabajaré codo a codo con mi médico para controlarla y evitar sus efectos…

Sin embargo, cuando hablamos de una persona que tiene un problema por consumo de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas, el desequilibrio físico, psicológico y social que experimenta, no hace que pida ayuda, ni que quiera dejar de consumir.

Cuando se demanda tratamiento generalmente es porque se ha producido una situación de crisis, entendiendo por crisis un problema familiar, de salud, laboral, económico, legal.

En un porcentaje muy significativo de la demanda de tratamiento, el detonante es la familia. La familia es la que da razones al afectado para ponerse en tratamiento. A pesar de la resistencia acepta, porque para la persona puede ser más importante el detener una presión o tranquilizar a un ser querido que el propio problema, y aunque no entienda ni vea la necesidad de cambiar, ya se puede empezar a trabajar con él desde el punto de vista motivacional y de la mano de la familia, para seguir dándole al ya pacientes, razones para dejar de consumir.

Como escribí en otra ocasión la familia se convierte en un héroe. Llegan a consulta muy cansados, han sido muchas las dificultades por las que han pasado hasta que por fin el paciente ha aceptado acudir a tratamiento, son héroes porque no ha sido nada fácil el camino hasta llegar aquí, y el camino ahora debe continuar…

PorInstituto Bitácora

LA FAMILIA EN EL PROCESO DE DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD.

Existen datos muy contrastados de la mejor evolución y eficacia de los tratamientos de los problemas por consumo de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas, basados en intervenciones familiares. Con la implicación de la familia en el tratamiento se disminuye significativamente la tasa de abandono por parte del paciente, aumenta el nivel de compromiso del paciente, aumenta la adhesión al tratamiento, disminuyen las recaídas postratamiento, mejora el funcionamiento familiar y normaliza al paciente en cuanto a su incorporación social.

Por ello, desde Instituto Bitácora, en la atención de personas con problemas adictivos, trabajamos con la familia a lo largo de todo el proceso de tratamiento ya que su papel es fundamental, en algún caso determinante, para lograr un buen resultado.

Así, a lo largo de diferentes artículos vamos a intentar explicar cuál es el papel de la familia desde que detecta los primeros síntomas de la enfermedad hasta que el paciente recibe el alta de terapéutico.

LA FAMILIA EN EL PROCESO DE DESARROLLO DE LA ENFERMEDAD

Cuando hablamos de adicción, con o sin sustancias, nos referimos a una enfermedad que entre otras muchas características, que hemos ido y seguiremos explicando a lo largo de diferentes post, es una enfermedad insidiosa.

La Real Academia Española De La Lengua en su cuarta acepción, define como “insidioso-sa. Dicho de un padecimiento o una enfermedad que bajo una apariencia benigna, oculta gravedad suma”

Cuando hablamos de enfermedad insidiosa nos referimos a aquellas que comienzan de forma gradual, a aquellas cuyos síntomas van apareciendo lentamente, sin ser apreciables al principio, de manera que quien la padece no es consciente de ello.

En el caso de los problemas adictivos, la enfermedad en los inicios puede pasar desapercibida, entrando en la vida de la persona que la padece en silencio y de puntillas, y se va instalando casi sin hacer ruido para destruir poco a poco su bienestar físico, mental y social.

Además, si tenemos en cuenta que el alcohol, algunas drogas como el cannabis entre los más jóvenes, y determinadas conductas potencialmente adictivas como el uso de las nuevas tecnologías, forman parte de la normalidad, resulta entendible la dificultad en la detección de los primeros síntomas, la dificultad en darse cuenta de cuándo su uso pasa a ser un problema.

Los problemas o consecuencias negativas del consumo de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas, no se dan habitualmente en los primeros contactos con la sustancia, o la conducta. El desarrollo de la enfermedad es un proceso. Un proceso en el que se pasa del uso, al abuso y finalmente a la enfermedad, la adicción.

Este proceso es un lento y progresivo camino de deterioro que va sufriendo la persona, y que la familia y allegados vive de manera paralela. Lo primero que suele suceder es que la familia empieza a ver pequeños cambios en su familiar, la familia empieza a ver, de una manera u otra, debido a que es una enfermedad insidiosa al principio es muy sutil, que algo está cambiando, que algo está sucediendo… y la maquinaria de la enfermedad que ya está en marcha sigue su curso… los cambios y los problemas, si dejamos el consumo a su libre evolución, inevitablemente irán a más…por lo que cuanto más se tarde en pisar el pedal de freno, más avanzará la enfermedad y más se verá alterada la organización de la familia, las costumbres, la comunicación y las relaciones afectivas.

De pequeños cambios se va pasando a cambios mayores, las cosas poco a poco se van complicando, y en este escenario muchas familias no saben cómo actuar ante el problema. Cuesta mucho entender que lo que está viviendo forma parte de la sintomatología de una enfermedad, le cuesta al paciente, y le cuesta a la familia. El no achacar estos cambios a un proceso de enfermedad, hace que muchas veces la familia se enfrente al problema con estrategias que pueden generar mucho malestar y que además pueden agravar el problema.

Siguiendo a Edwards, vamos a intentar describir cómo la familia suele actuar frente a las conductas adictivas y frente a las consecuencias que se derivan de ésta.

En primer lugar la familia duda de si el uso de alcohol, drogas o conductas potencialmente adictivas es un problema. La familia minimiza el consumo o trata de convencerse de que pidiendo al afectado fuerza de voluntad, controlándolo o haciéndose cargo de las consecuencias negativas será suficiente para solucionar el problema y volver a la normalidad.

Pero si el consumo se mantiene, las cosas van empeorando en vez de mejorar, el deterioro a todos los niveles va aumentando. Al tratarse de una enfermedad cuya característica principal es la pérdida de control, la fuerza de voluntad no es suficiente, el afectado puede estar intentando dejar o disminuir el consumo sin lograr que su objetivo llegue a tener éxito, y la familia puede achacarlo a su propio fracaso, no al proceso de enfermedad, con lo que el malestar de ambas partes está asegurado. Por otra parte, el control sobre la persona que tiene el problema no solo no garantiza que ésta deje de llevar a cabo la conducta, sino que además interfiere negativamente en las relaciones interpersonales, generando distancia y ansiedad mutua que facilita que la enfermedad progrese. La familia también se ve en la obligación de hacerse cargo de las consecuencias negativas que el consumo va generando y de las responsabilidades que el afectado va dejando de cumplir, aumentando su sobrecarga e impidiendo además, que la persona que tiene el problema sea consciente de ello.

En función a las características de la familia como nivel de compromiso, tipo de comunicación, afectividad… la capacidad para reaccionar será de una manera u otra, siendo muy frecuente, debido a la dificultad para entender que los cambios y problemas que van surgiendo se deben al desarrollo de una enfermedad, que la conducta adictiva comprometa gravemente la estabilidad familiar. El desconcierto, la confusión, la tensión, el estrés, la alteración de las normas, la desconfianza, la frustración, los reproches, la culpa, el aislamiento, la incomunicación… se va instalando entre la persona con problemas y la familia, pasando a ser esta situación de distanciamiento físico y emocional, el caldo de cultivo perfecto para que la enfermedad siga avanzando.

El estado de tensión constante en el que vive la familia, por lo impredecible de la conducta de la persona que tiene el problema, por la resistencia de ésta a dejar de consumir, también tiene sus consecuencias negativas sobre la familia.

La familia puede presentar agotamiento por la constante angustia. Problemas emocionales como ansiedad, temor, desdicha. Sentimiento de culpa, porque se pregunta si el problema ha surgido porque no ha actuado bien, si se debe a su incapacidad para cuidar de la persona, se pregunta si es que ha defraudado al otro. Sentimientos de ambivalencia de tipo amor / odio. Sensación de privación emocional y pérdida afectiva. E incluso síntomas depresivos reactivos a las consecuencias del consumo.

Con este escenario, la familia se adapta o reacciona. La familia que se adapta a convivir con el problema, se organiza, o más bien se “desorganiza”, teniendo como centro el alcohol, las drogas o las conductas potencialmente adictivas. Lo que supone la cronificación del problema. La familia que reacciona, intenta buscar una solución para el paciente y para sí misma, aunque a veces no resulte fácil por la incapacidad del propio afectado para ver la realidad. Lo que supone el inicio de la resolución del problema.

Hasta aquí hemos contando, el difícil trayecto vital de la familia desde que empieza a percibir pequeños cambios, hasta que identifica el problema y se ve afectada. El cómo logra la familia que la persona con problemas acepte que necesita ayuda lo veremos en el siguiente artículo dedicado a la familia, “La Familia como principal factor de motivación al tratamiento”

PorInstituto Bitácora

JUEGOS DE ROL ONLINE Y SU POTENCIAL ADICTIVO

¿Qué son los juegos de rol online?

Quizás cuando hablamos de juegos de rol online, muchas personas no tienen muy claro a qué nos estamos refiriendo. Parece que ese tipo de juegos solo atraen al joven “friki” que pasa horas y horas delante de la pantalla de su ordenador. Pero, si en nuestro entorno tenemos niños o adolescentes, es muy probable que nos suene de algo el nombre de Fortnite. Ese juego que tan de moda está entre los más jóvenes y pequeños, lejos de ser un inocente juego que mantiene entretenidos a los chicos al igual que lo hacían en su época Sonic o Super Mario, se trata de un videojuego de rol online, con unas características especialmente diseñadas para atrapar a sus usuarios en horas y horas de juego ininterrumpidas.

¿De dónde viene su potencial adictivo?

Si analizamos detenidamente sus características, veremos que son muy peculiares respecto a otros juegos de arcade o aventura gráficas, puesto que ofrecen un abanico de posibilidades de juego muy amplias.
Se trataría de una comunidad virtual con un número ilimitado de usuarios, en la que el jugador crea su propio personaje o avatar y puede interactuar con otros participantes, explorar el mundo virtual del juego, realizar acciones y adquirir habilidades y objetos para su avatar. El personaje puede ir subiendo de nivel y consiguiendo recompensas que hacen que la interacción del usuario con el juego sea constantemente novedosa. Otra característica de este tipo de juegos es su continuidad, el juego sigue su curso aunque el usuario no esté conectado.

Aparte de todo esto, existen varios elementos o características que motivan al usuario a jugar constantemente:

Sistemas de reforzamiento intermitentes:

Es un ingrediente esencial de la adicción, y que precisamente se ofrece en este tipo de juegos. El premio o la recompensa se retrasa, el usuario no tiene certeza de cuándo podrá conseguirlo. Esto hará que el jugador siempre quiera seguir jugando, con la idea de que dicho premio está al caer.

Magnitud de los reforzadores:

Dentro del mundo virtual del juego, las recompensas que se van consiguiendo conforme este avanza son de creciente magnitud, van otorgando cada vez más poder al personaje y con ello, más prestigio al jugador. Así, cuanto más tiempo se dedique al juego, mayores serán las recompensas obtenidas.

Variedad de los reforzadores:

Además de la proporción creciente de reforzadores que el usuario va consiguiendo durante el juego, estos premios tienen otra cualidad que es la variedad. Un abanico amplio de recompensas diferentes hace que el jugador, de una manera u otra, siempre encuentre novedosos y gratificantes los logros que puede ir consiguiendo en el juego.

Continuidad:

Como señalamos anteriormente, este tipo de juegos se mantiene activo 24h los 7 días de la semana. Esto se suma al hecho de que muchas de las estrategias del juego se llevan a cabo mediante alianzas y clanes de varios jugadores. La combinación de estos dos factores aumenta la necesidad del usuario de seguir jugando.

Estímulos visuales y auditivos:

Diferentes sonidos, así como iluminación y colores asociados a momentos puntuales del juego como obtención o pérdidas de recompensas, aumentan el efecto adictivo del juego.

Además de sus características propias, el mero hecho de jugar y las interacciones que se dan durante el juego, pueden tener un efecto reforzante para la autoestima y el área social del jugador.

En este tipo de juegos se crean comunidades virtuales dentro de las que se juega en equipo para conseguir ciertos logros u objetivos. Esto crea un sentimiento de pertenencia a un grupo, de utilidad y una nueva alternativa de comunicación que pueden ser perjudiciales para algunas personas. Por ejemplo, un jugador que tenga dificultades para relacionarse con otras personas puede ver incrementado su problema, pues la adicción a los videojuegos suele conllevar un importante aislamiento del jugador respecto a su entorno. A su vez, este aislamiento suele llevar consigo un deterioro en las habilidades de relación.

Las personas con baja autoestima o pocas habilidades sociales son especialmente vulnerables a este tipo de problemas por el hecho de que en el juego pueden satisfacer las necesidades de relación que en la vida real no son capaces de solventar. Personas que en la vida real no tienen éxito en las relaciones con otras personas, dentro del mundo virtual pueden ser muy valoradas y admiradas. En casos muy extremos, el jugador puede llegar a identificarse con su personaje del mundo virtual más que consigo mismo y su vida real.

Y todo esto, ¿Cómo se traduce en datos?

Este tipo de juegos están en el punto de mira de la mayoría de los estudios sobre adicción a los videojuegos y nuevas tecnologías. No obstante, la popularidad de estos es muy reciente, por lo que aún no existen cifras acerca del número de jugadores que presentan adicción.
Sin duda, Fortniteha supuesto un antes y un después en el consumo de estos videojuegos. Los últimos datos sobre el número de usuarios señalaban 250 millones de jugadores en todo el mundo. Con estas cifras, y teniendo en cuenta que muchos de los usuarios son niños y adolescentes (población mucho más vulnerable), es posible que las futuras estadísticas acerca de los casos de jugadores adictos arrojen datos alarmantes.

Ana Ponce Rodríguez

PorInstituto Bitácora

Mindfulness en el tratamiento de las adicciones

¿Qué es MINDFULNESS?

Mindfulness es la acepción inglesa del concepto castellano de “atención plena”, “estar atento”, “conciencia plena”, o “presencia plena”. E implica que la persona se concentre en la tarea que está realizando en ese momento, sin que la mente divague sobre el futuro o el pasado, y sin sensación de apego o rechazo, y cuyo objetivo es provocar  claridad de mente y agrado.

Es una práctica históricamente arraigada en antiguas disciplinas meditativas budistas  que en el mundo occidental ha sido considerada más como una técnica en psicoterapia que como una religión.

Jon Kabat Zinn, biólogo molecular, médico, escritor y profesor universitario, considerado por muchos como el introductor del mindfulness en el ámbito clínico en el mundo occidental, lo define como “el estado de conciencia que emerge a través de prestar atención en el momento presente, de forma intencional, y sin juzgar, a la experiencia que se despliega momento a momento”

El mindfulness, tiene tres elementos principales: la conciencia, el momento presente, y la aceptación. Y la herramienta principal es la respiración natural.

La manera más fácil y eficaz de comenzar a practicar mindfulness es concentrar la atención en la respiración y observar lo que sucede mientras intentamos mantenerla ahí.

El auge del MINDFULNESS

Las técnicas del mindfulness, desde el punto de vista de la psicología occidental, se utilizan con fines terapéuticos por su capacidad para producir un aumento de la atención y una mejora en las habilidades para responder a los procesos mentales que contribuyen al malestar emocional y a los comportamientos desadaptativos. Suponen una manera de centrarnos en lo que está sucediendo en el aquí y ahora con nuestra vida, tomar contacto directo y ser conscientes de nuestra realidad, para poder así, aceptar, afrontar y manejar nuestro malestar.  Es este el motivo, por el que a lo largo de las tres últimas décadas se han incluido en intervenciones clínicas.

Sin embargo, en la última década, en nuestro país, el mindfulness, ha experimentado una gran expansión y se está aplicando a numerosos ámbitos, sobre todo al personal y laboral, de manera que muchos pueden creer que puede ser una solución para casi todo. Y parece que en la sociedad en la que actualmente vivimos, en la del corre corre, en la de la eterna juventud, en la del no sufrir, en la de los mil y un estímulos… tiene mucha cabida. Sin embargo, muchos expertos, expertos que defiende el mindfulness, advierten de cuál es la situación real, y alertan de los posibles riesgos que puede tener una expansión sin límites.

El riesgo está en no darle el lugar que tiene, y que se aplique en cualquier ámbito y por cualquier persona. El mindfulness, en función a la evidencia científica actual, sirve para el estrés, para la ansiedad, para el dolor, para la enfermedad, pero no para todo, y debe ser utilizado en psicoterapia por las personas que están capacitadas para ello, que son, los médicos, psiquiatras y  psicólogos.

¿Sirve el MINDFULNESS para el tratamiento de las adicciones?

Como acabamos de afirmar, existen evidencias médicas que avalan los beneficios del mindfulness como práctica de reducción de la tensión. Dado que tanto la conducta de consumo como el riesgo de recaída aumentan la tensión y el estrés, tanto a nivel fisiológico como psicológico, las técnicas de mindfulness son una estrategia eficaz para la prevención de recaídas.

La prevención de recaídas basada en mindfulness:

-Permiten reducir la tensión o malestar que pueden desembocar en impulsos y deseos de consumo, resultando útil tanto si el objetivo es una meta de moderación como si es la abstinencia.

-Favorece el autocontrol, ya que facilita el identificar, aceptar y canalizar nuestras emociones y pensamientos.

-Ayuda a situarnos en lo positivo, favoreciendo el establecer relaciones con nosotros mismos y con el mundo, más sanas y que nos ayuden a desarrollarnos y a crecer como personas.

En el siguiente post, profundizaremos en este último punto, la PREVENCIÓN DE RECAÍDAS BASADA EN MINDFULNESS.

PorInstituto Bitácora

DEPORTE: de la salud a la obsesión.

En  este escrito nos referimos a la realización regular de ejercicio físico como factor fundamental para el bienestar psicofísico de las personas, frente a la práctica de deporte que se convierte en una obsesión.

 De todos es sabido, que la práctica deportiva es un elemento importante, en algunos casos hasta decisivo, para poder estar bien. Es importante en todos los rangos de edad. Y es significativo en la prevención de enfermedades, en la evolución o desarrollo de éstas, y en la recuperación de la salud.También es sabido, que el ejercicio tiene grandes beneficios sobre nuestro estado mental y emocional. Es un factor estabilizador del estado de ánimo, es una fuente generadora de alegría, de buen humor, un potente liberador de tensiones acumuladas. Y esto se debe a que con el deporte aumentan los niveles de determinadas sustancias en nuestro organismo. Sustancias a las que podríamos llamar “sustancias del bienestar”.Y además de los beneficios a nivel físico y psicológico, el deporte es una importante fuente de relaciones sociales, y un ocio saludable y satisfactorio.

Por todo esto, y por otras cuestiones, el deporte está más de moda que nunca. Y como no puede ser de otra manera, está impregnado por éste nuestro estilo de vida postmoderno en el que la búsqueda de la perfección nos tiene esclavizados, y la belleza física es lo más importante… está tan de moda, que lo que de toda la vida ha sido correr, ahora es running, aunque no hace mucho era footing, o jogging… está tan de moda, que no se libra del consumismo, y hay detrás o más bien delante, toda una maquinaria de publicidad de todo tipo de productos, de ropa, de calzado, de productos alimentarios, de estimulantes de esto, de potenciadores de lo otro…está tan de moda que muchas causas solidarias se apoyan en eventos deportivos para sensibilizar y movilizar a la población…está tan de moda, tan presente, que la obsesión por la práctica de deporte ha pasado a ser un trastorno reciente que va teniendo cada vez una mayor repercusión en nuestra sociedad, y se convierte en un problema serio, cuando su práctica pasa a ser  excesiva, continua, constante e intensa, pudiendo dar lugar al desarrollo de una adicción.

 

¿Dónde está el límite entre lo que es engancharse al deporte de manera sana y estar enganchado al deporte?

 

Esta problemática es relativamente nueva. Hasta los años setenta no se empezó a utilizar la palabra adición al deporte. Por ello, no existe una definición estándar, no está incluida en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y no existe consenso para describir, explicar, diferenciar y clasificar esta creciente problemática. Sin embargo, la mayoría de los autores hacen uso del término adicción al deporte para explicar la dedicación diaria y casi obsesiva de muchas personas, que sin importarles las condiciones ambientales (climáticas) ni corporales (lesiones o enfermedades potenciales) sienten la necesidad urgente de practicar deporte, a menudo tienen pensamientos recurrentes sobre la práctica de ejercicio y experimentan síntomas físicos y psicológicos de retirada cuando no pueden realizarlo.

Desde el punto de vista psicológico la dependencia al deporte se podría explicar como un reforzamiento positivo, ya que mejora el estado de ánimo, mejora la salud y es fuente de relaciones sociales, por lo que estos beneficios podrían fomentar la repetición de la conducta.

Desde el punto de vista fisiológico, la adicción al deporte se puede explicar por las “sustancias del bienestar” que se liberan. De entre ellas las más conocidas son las endorfinas, que proporcionan sensación de felicidad, alegría, incluso euforia, reduciendo así la ansiedad y el estrés. Y que tienen además efecto analgésico, por lo que reduce también el dolor, retardando la sensación de cansancio y fatiga.También se aumenta el nivel de dopamina, que es una sustancia implicada en la adicción a las drogas, y que es la responsable de las sensaciones placenteras tras el ejercicio. La serotonina, que es una sustancia que se libera fundamentalmente cuando hacemos deporte al aire libre, provoca sensación de calma, relajación, y además facilita conciliar el sueño.Nuestro cerebro, con la práctica del ejercicio físico, se va acostumbrando a la presencia de las “sustancias del bienestar”, por lo que se repite la conducta buscando las sensaciones placenteras, y cuando pasamos una temporadita sin hacer ejercicio nuestras células los reclaman pudiendo su falta producir hasta cambios de humor.

Podemos afirmar que la adicción al deporte, como todas las adicciones, presenta tres características principales: Dependencia, tolerancia y abstinencia. Dependencia, entendida como la búsqueda del estado de bienestar que produce la realización del ejercicio. Tolerancia, por la necesidad de ir aumentando la frecuencia e intensidad de la actividad para poder alcanzar la misma sensación. Y abstinencia, por la aparición de una serie de síntomas, físicos y psicológicos, ante la imposibilidad de realizar la actividad.

Además, van apareciendo consecuencias negativas, porque la práctica del deporte llega un momento en que se antepone a responsabilidades, actividades y relaciones que antes resultaban gratificantes para la persona.

Como en todas las adicciones, identificar cuándo la actividad pasa a ser un problema no resulta fácil. La adicción es una enfermedad insidiosa, que se desarrolla lentamente, cuya sintomatología pasa inadvertida en los inicios y que además resulta  fácilmente justificable, por lo que en la mayoría de los casos, cuando se empieza a escuchar de los demás cuestiones como “¿No crees que entrenas demasiado?… ¿No te estarás obsesionando?… ¿No vas a parar?…” es que ya hay un desequilibrio significativo.

Si ante estos mensajes, vengan de los demás o vengan de nosotros mismos, no existe capacidad para ponerse límites y cumplirlos, es el momento de acudir a especialistas para hacer frente a este problema, problema que es grave, complejo, progresivo y tratable.

La dependencia al ejercicio se considera patológica y un riesgo para la salud, ya que se asocia a problemas físicos, como lesiones, alteraciones psicológicas, ansiedad y depresión, y en algunos casos también a trastornos de la alimentación.

En la mayoría de los casos se necesita ayuda para afrontar la relación problemática con la actividad física, ya que no es fácil tener conciencia acerca de éste problema. El deporte es saludable y deseable, para todo y para todos.  Todos experimentamos la sensación de bienestar, de subidón que nos proporciona su actividad. Con el deporte liberamos las drogas naturales de nuestro cuerpo, y eso es saludable. Lo que no lo es, es que su práctica pase a ser una obsesión, en la que no nos sentimos bien si no lo practicamos.

 

Asunción Lago Cabana

Instituto Bitácora.

 

PorInstituto Bitácora

NUEVAS TECNOLOGÍAS. REDES SOCIALES

La llegada de Internet y las nuevas tecnologías de la información y comunicación a nuestras vidas ha supuesto un gran cambio. Un cambio que afecta a casi todo, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones sociales, a nuestro ocio, a nuestro tiempo libre…y la adaptación a esta nueva realidad, que es compleja y dinámica, que va a una velocidad de vértigo, no resulta fácil. En muchos casos, no somos conscientes de su alcance real.

En muy poco tiempo nos hemos vistos rodeados de correo electrónico, consultando todo tipo de páginas webs, inmersos en redes sociales como Facebook, Twitter, Linkedin, Google plus, Youtube, Instagram…observando, publicando y comentando;  chateando; siguiendo o creando blogs, participando en foros de opinión…

Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en una extensión más de nuestras vidas, y de los diferentes aspectos de ella, lo personal, lo relacional, el ocio, lo profesional…pero no siempre se es consciente de lo que supone todo ello.

En Instituto Bitácora, trabajamos sobre los problemas que se generan por el mal uso de las nuevas tecnologías, problemas que muchos minimizan, cuestiones a las que se les quitan importancia, pero que pueden acabar provocando un malestar significativo, y por tanto afectando a nuestro presente y a nuestro futuro.  Uno de los aspectos, el que nos ocupa hoy, es un ejemplo claro de cómo el uso que hacemos de las redes sociales, tienen un efecto en el aquí y ahora, pero también en el después. Leer más

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