La ira es una emoción que forma parte de la naturaleza del ser humano y que como tal es positiva y necesaria para la supervivencia. De hecho, puede ayudarnos a salir victoriosos de situaciones en donde alguien se ve obligado a defenderse. Es decir, la ira puede ser un instrumento vital en manos de una persona, siempre que la sepa controlar y valerse de ella cuando la necesite.
Sin embargo, cuando la ira domina o desborda a la persona, cuando se dirige de forma desmedida hacia otros seres humanos, produciendo consecuencias muy negativas para el bienestar de los demás y de uno mismo, e incluso cuando aparece en situaciones innecesarias, se trata ya de una ira desadaptativa o problemática. En los momentos de ira, es como si nuestro cerebro emocional secuestrara el control del cerebro racional, siendo durante un tiempo el sujeto incapaz de tomar decisiones adecuadas.
Además, es una emoción que está muy determinada por los pensamientos negativos que surgen antes y por las creencias de cada persona, mucho más que por las hormonas o la herencia genética.
Así, pues, cometer errores, no alcanzar unos objetivos determinados, y vivir una situación injusta o embarazosa, pueden ser circunstancias que ayuden a disparar los sentimientos de frustración y rabia. En estos casos, nuestro organismo produce excesiva noradrenalina, que es un “asesino” en potencia. Cuando una persona se enfada y tiene ganas de discutir, hace más daño a quien menos se imagina: a ella misma.
Físicamente la ira puede producir hipertensión, úlceras, urticaria, palpitaciones cardíacas, insomnio, cansancio e incluso enfermedades cardíacas, y psicológicamente, es capaz de acabar con las relaciones afectivas, interfiere con la comunicación, conduce a la culpabilidad y la depresión y en general interfiere con tu vida.
Estos sentimientos de rabia oscilan desde una simple irritación temporal hasta explosiones fuertes de ira, pudiéndose a veces no manifestarse a través de la conducta, que es lo que llamamos ira interna, cuando decimos que “la procesión va por dentro”, o bien mostrando públicamente su irritación, la ira externa.
En próximos post nos centraremos en los pensamientos negativos que en gran parte determinan la ira, así como en las técnicas para canalizar nuestra ira.
Era un tipo divertido, buena persona y amigo de sus amigos, solo tenía una falta y era grave, le gustaban casi todos los vicios, alcohol, drogas y mujeriego, como se suele decir un vicioso de los pies a la cabeza, no había soltado una cuando en nada de tiempo ya estaba metido en otra, lo que se dice un intermitente, pero de los rápidos, eso sí sin hacer daño a nadie tan solamente a los suyos que eran los que sufrían las consecuencias de aquella actitud desastrosa.
Pero un día ya cuando la gota culmino el vaso y casi con la maleta echa para que se fuese de casa, decidió pedir ayuda y bendito momento en el que lo decidió, su vida y la de los suyos cambio por completo, centro en casa la paz y cordialidad, un estado de bien inmejorable, todos tomaron aire y lo expulsaron, exclamaron por fin parece que todo va a cambiar, ha reaccionado cosa que parecía impensable, pero a todo santo le llega su día, pienso que exclamaron todos.
En busca de mi libertad ya que fui un preso y esclavo de mi adicción un perdido en un mundo donde solo se escapa si reconoces lo que de verdad vives, se convirtió en un profesional de la mentira, de ocultar la verdad y de maquillar la realidad, en aquel infierno donde todo es oscuro y frio, donde el único carcelero y centinela de tu presidio eres tú, sin ver más salida que aferrarte a tu falso compañero, el que te hundió, el que como no abandones pronto te llevara a la tumba y después de abrir los ojos, empuño el lápiz y escribió esto.
Nunca me alegre tanto de haber perdido algo, en este caso a ti infierno, que tanto daño me hiciste, enturbiaste mi vida hasta el punto de no ser yo quien gobernaba mi persona, eras tú mi manipuladora, la que me condujo al desastre y al desaliento,
El que después de estar hundido me ato una piedra en los pies, la que me presentaba con un nombre distinto al mío, la que confundió a tantas personas.
Siento dejarte detras, pero tú compañía ya me hiso bastante daño, tanto a mi como a los míos, espero no te cruces más en mi camino, quiero olvidarte y dejarte lejos ya que no me aportaste nada, solo pena dolor y problemas, acabo de conocer la otra parte de la vida, la de verdad, la que no miente, la de los pies en la tierra y no en las nubes, la de levantarte por la mañana y sonreír al espejo la de dar un beso de corazón, la de echar un canto y emocionarte, la de tener sentimientos y que se te salten las lágrimas de emoción cuando el momento lo decida.
Después de desahogarse con todo esto, decidió de presentarse a la gloria, a la que hacía décadas que olvido, a la que echo tanto de menos que al encontrarla la abrazo y apretó como un náufrago puede agarrar algo que flota.
Hola espero me recibas en tus brazos, como ganas tenía yo de abrazarte, hacía tiempo que te esperaba, no recordaba como eras, pero ahora que empiezo a conocerte, no quisiera por nada del mundo pensar en perderte.
Estoy contento y lleno de satisfacción conmigo y con los que me rodean, porque me he encontrado, estaba perdido en las tinieblas, deambulando sin sentido.
De donde vengo no debería ni existir, tu ausencia me hiso bastante daño, pero al rescatarte mi vida tiene sentido, espero estar contigo todo el tiempo del mundo, eres agradable y suave como el terciopelo, tienes la claridad y dulzura del caramelo, sé que andar por tu alfombra suave tiene un precio, pero pisándola con firmeza y mente despejada, será un caminar sencillo, porque fuera de tu línea está la cuneta llena de espinos, y no quiero arañarme, porque ya cuando llegue a ti, traía las cicatrices de un caminar doloroso y triste.
En fin, quisiera estar siempre contigo y pasar los obstáculos de la vida juntos, porque luchando contigo, me siento más fuerte y más vivo, porque luchar muerto no es justo ni tiene sentido.
´´Solo creyendo en ti podrás vencer´´
JR 29/4-2023
El primer paso para afrontar el estrés de manera eficaz es comprenderlo, identificar cómo funciona y reconocer las fuentes de estrés que cada uno tiene. El segundo paso es adquirir las habilidades para combatirlo.
Conviene recordar que una parte importante de las situaciones de estrés son autogeneradas, es decir, nos las creamos nosotros mismos. En unos casos porque interpretamos como amenazantes situaciones que pueden no serlo (por ejemplo, un atasco de tráfico). En otros casos buscamos las situaciones estresantes (por ejemplo, abarcando más trabajo del que podemos hacer).
Por tanto, no estamos sometidos sin remedio a una vida excesivamente estresante. La superación del estrés es una habilidad que puede adquirirse, y así poderlo controlar y combatir.
Un aspecto que conviene tener en cuenta es que la pérdida de control, real o imaginaria, es uno de los estresores más potentes. Hay que tener presente que todos los problemas tienen varias partes: la parte que podemos controlar por medio de nuestras acciones, y la parte sobre la que no tenemos control.
Por tanto, una buena forma de afrontar estas situaciones reside en identificar cuándo tenemos control y cuándo el control no está en nuestras manos.
Decía un sabio en sus oraciones: “Señor, dame la fuerza necesaria para cambiar las cosas que puedo cambiar, la paciencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar y la sabiduría para poder distinguir entre ambas”.
A continuación hablaremos de algunas técnicas para hacer frente al estrés:
Técnicas generales: consisten en dotar a la persona de recursos personales de carácter general, como:
También hay que saber seleccionar actividades cuando no podemos hacer todo, pues abarcar demasiado es “la madre del estrés”. No pasa nada porque reconozcamos nuestros límites y evitemos las situaciones en las que sentimos que “se nos escapa de las manos”, pues ello nos ayudará a disminuir el estrés cotidiano.
Técnicas cognitivas: las utilizamos para cambiar el pensamiento y modificar las interpretaciones erróneas sobre nuestros propios recursos o respecto a lo que se nos pide en una situación.
Hoy en día hay muchas corrientes que nos enseñan a vivir el momento presente, a saborearlo y a disfrutarlo, como la práctica de mindfulness, yoga o meditación.
Técnicas conductuales: centradas en qué conductas o estrategias podemos realizar para hacer frente al estrés.
Resulta importante no analizar continuamente el problema, ya que eso produce ansiedad. Tampoco es aconsejable dejar pasar los problemas, sino afrontarlos y decidiendo qué es lo mejor en cada caso.
El estrés supone una reacción compleja a nivel biológico, psicológico y social. Sabemos que a nivel psicológico muchos síntomas producidos por el estrés pueden ser percibidos e identificados por la persona que lo sufre. La reacción más frecuente cuando nos encontramos sometidos a una reacción de estrés es la ansiedad.
Los síntomasde ansiedad más frecuentes son:
Finalmente comentar, que si el estrés es muy intenso y se prolonga en el tiempo, puede llegar a producir enfermedades físicas y mentales.