En este escrito nos referimos a la realización regular de ejercicio físico como factor fundamental para el bienestar psicofísico de las personas, frente a la práctica de deporte que se convierte en una obsesión.
De todos es sabido, que la práctica deportiva es un elemento importante, en algunos casos hasta decisivo, para poder estar bien. Es importante en todos los rangos de edad. Y es significativo en la prevención de enfermedades, en la evolución o desarrollo de éstas, y en la recuperación de la salud.También es sabido, que el ejercicio tiene grandes beneficios sobre nuestro estado mental y emocional. Es un factor estabilizador del estado de ánimo, es una fuente generadora de alegría, de buen humor, un potente liberador de tensiones acumuladas. Y esto se debe a que con el deporte aumentan los niveles de determinadas sustancias en nuestro organismo. Sustancias a las que podríamos llamar “sustancias del bienestar”.Y además de los beneficios a nivel físico y psicológico, el deporte es una importante fuente de relaciones sociales, y un ocio saludable y satisfactorio.
Por todo esto, y por otras cuestiones, el deporte está más de moda que nunca. Y como no puede ser de otra manera, está impregnado por éste nuestro estilo de vida postmoderno en el que la búsqueda de la perfección nos tiene esclavizados, y la belleza física es lo más importante… está tan de moda, que lo que de toda la vida ha sido correr, ahora es running, aunque no hace mucho era footing, o jogging… está tan de moda, que no se libra del consumismo, y hay detrás o más bien delante, toda una maquinaria de publicidad de todo tipo de productos, de ropa, de calzado, de productos alimentarios, de estimulantes de esto, de potenciadores de lo otro…está tan de moda que muchas causas solidarias se apoyan en eventos deportivos para sensibilizar y movilizar a la población…está tan de moda, tan presente, que la obsesión por la práctica de deporte ha pasado a ser un trastorno reciente que va teniendo cada vez una mayor repercusión en nuestra sociedad, y se convierte en un problema serio, cuando su práctica pasa a ser excesiva, continua, constante e intensa, pudiendo dar lugar al desarrollo de una adicción.
Esta problemática es relativamente nueva. Hasta los años setenta no se empezó a utilizar la palabra adición al deporte. Por ello, no existe una definición estándar, no está incluida en el DSM-V (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) y no existe consenso para describir, explicar, diferenciar y clasificar esta creciente problemática. Sin embargo, la mayoría de los autores hacen uso del término adicción al deporte para explicar la dedicación diaria y casi obsesiva de muchas personas, que sin importarles las condiciones ambientales (climáticas) ni corporales (lesiones o enfermedades potenciales) sienten la necesidad urgente de practicar deporte, a menudo tienen pensamientos recurrentes sobre la práctica de ejercicio y experimentan síntomas físicos y psicológicos de retirada cuando no pueden realizarlo.
Desde el punto de vista psicológico la dependencia al deporte se podría explicar como un reforzamiento positivo, ya que mejora el estado de ánimo, mejora la salud y es fuente de relaciones sociales, por lo que estos beneficios podrían fomentar la repetición de la conducta.
Desde el punto de vista fisiológico, la adicción al deporte se puede explicar por las “sustancias del bienestar” que se liberan. De entre ellas las más conocidas son las endorfinas, que proporcionan sensación de felicidad, alegría, incluso euforia, reduciendo así la ansiedad y el estrés. Y que tienen además efecto analgésico, por lo que reduce también el dolor, retardando la sensación de cansancio y fatiga.También se aumenta el nivel de dopamina, que es una sustancia implicada en la adicción a las drogas, y que es la responsable de las sensaciones placenteras tras el ejercicio. La serotonina, que es una sustancia que se libera fundamentalmente cuando hacemos deporte al aire libre, provoca sensación de calma, relajación, y además facilita conciliar el sueño.Nuestro cerebro, con la práctica del ejercicio físico, se va acostumbrando a la presencia de las “sustancias del bienestar”, por lo que se repite la conducta buscando las sensaciones placenteras, y cuando pasamos una temporadita sin hacer ejercicio nuestras células los reclaman pudiendo su falta producir hasta cambios de humor.
Podemos afirmar que la adicción al deporte, como todas las adicciones, presenta tres características principales: Dependencia, tolerancia y abstinencia. Dependencia, entendida como la búsqueda del estado de bienestar que produce la realización del ejercicio. Tolerancia, por la necesidad de ir aumentando la frecuencia e intensidad de la actividad para poder alcanzar la misma sensación. Y abstinencia, por la aparición de una serie de síntomas, físicos y psicológicos, ante la imposibilidad de realizar la actividad.
Además, van apareciendo consecuencias negativas, porque la práctica del deporte llega un momento en que se antepone a responsabilidades, actividades y relaciones que antes resultaban gratificantes para la persona.
Como en todas las adicciones, identificar cuándo la actividad pasa a ser un problema no resulta fácil. La adicción es una enfermedad insidiosa, que se desarrolla lentamente, cuya sintomatología pasa inadvertida en los inicios y que además resulta fácilmente justificable, por lo que en la mayoría de los casos, cuando se empieza a escuchar de los demás cuestiones como “¿No crees que entrenas demasiado?… ¿No te estarás obsesionando?… ¿No vas a parar?…” es que ya hay un desequilibrio significativo.
Si ante estos mensajes, vengan de los demás o vengan de nosotros mismos, no existe capacidad para ponerse límites y cumplirlos, es el momento de acudir a especialistas para hacer frente a este problema, problema que es grave, complejo, progresivo y tratable.
La dependencia al ejercicio se considera patológica y un riesgo para la salud, ya que se asocia a problemas físicos, como lesiones, alteraciones psicológicas, ansiedad y depresión, y en algunos casos también a trastornos de la alimentación.
En la mayoría de los casos se necesita ayuda para afrontar la relación problemática con la actividad física, ya que no es fácil tener conciencia acerca de éste problema. El deporte es saludable y deseable, para todo y para todos. Todos experimentamos la sensación de bienestar, de subidón que nos proporciona su actividad. Con el deporte liberamos las drogas naturales de nuestro cuerpo, y eso es saludable. Lo que no lo es, es que su práctica pase a ser una obsesión, en la que no nos sentimos bien si no lo practicamos.
Asunción Lago Cabana
Instituto Bitácora.