En Instituto Bitácora ya estamos preparando con nuestros pacientes y familiares las vacaciones de verano. Y hemos empezado por reforzar el concepto de enfermedad, que tanto cuesta entender y aceptar a unos y a otros, aunque estemos constantemente trabajando sobre ello.
El manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, publicado por la APA (American Psychiatric Association) es el manual de salud mental de mayor aceptación y referencia mundial. Este manual es algo así como un vademécum, una obra donde se recogen las informaciones más importantes y esenciales de una materia, en este caso de los trastornos mentales.
Es por tanto, un sistema de clasificación de los trastornos mentales, donde se recogen descripciones claras y síntomas, para que tanto profesionales de ámbito clínico (médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, enfermeros, trabajadores sociales, forenses y especialistas legales) como investigadores y docentes, puedan diagnosticar, tratar, investigar, estudiar e intercambiar información de las distintas enfermedades mentales en un lenguaje común.
Trastorno crónico y recurrente, caracterizado por una pérdida de control sobre el consumo y un patrón compulsivo de búsqueda de la sustancia a expensas de otras actividades más adaptativas para el individuo y beneficiosas para su entorno.
Y partiendo de esta definición, vamos a intentar analizar y explicar cada parte de ella.
Trastorno crónico…
Por trastorno crónico entendemos que la enfermedad, una vez instaurada va a persistir de por vida. La enfermedad estará siempre ahí, latente, dormida, aunque esto no significa necesariamente encontrarse mal, sino todo lo contrario. Con un tratamiento adecuado y con el logro de la abstinencia, los síntomas y las consecuencias van desapareciendo, de manera que se puede llegar a un estado de salud, esto es, que se puede llegar a la recuperación física, psicológica y social.
Pero teniendo siempre presente, que el retomar el consumo va a suponer la activación de la sintomatología de la enfermedad, en este caso, incapacidad para abstenerse, pérdida de control, así como la aparición de las consecuencias negativas, tanto físicas, como psicológicas y sociales derivadas de la adicción.
…y recurrente
Por trastorno recurrente entendemos que la enfermedad puede volver a aparecer nuevamente después de un periodo de tiempo. Lo que entendemos como recaída.
Como demuestran los estudios realizados con distintas técnicas de neuroimagen, el consumo de alcohol y drogas produce anomalías y cambios en la estructura y función cerebral, que provocan que, ante la exposición a determinados estímulos, internos y/o externos, la persona que tiene este tipo de problemas experimente un deseo de consumo intenso e irrefrenable, que le lleva a retomar el consumo.
Por tanto, cuando estamos ante personas que no cesan su consumo, o tienen una recaída tras otra, no se debe a debilidad o a que no tienen fuerza de voluntad, se debe a que su estructura cerebral ha cambiado y a la fortísima asociación de recuerdos placenteros que se activan de manera automática ante los estímulos relacionados con el consumo.
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