“PAPÁ TE VOY A DENUNCIAR”

PorInstituto Bitácora

“PAPÁ TE VOY A DENUNCIAR”

Van en aumento los padres que totalmente desbordados que con un profundo sentimiento de culpa, acuden a un centro de atención familiar e incluso se ven en la dolorosa necesidad de denunciar a sus hijos por ser víctimas de violencia.

Los expertos, de diferentes campos sobre el tema, coinciden en afirmar que las causas de este tipo de violencia están en una sociedad excesivamente permisiva que educa a los niños en sus derechos pero no en sus deberes y obligaciones, y en donde en muchas ocasiones no se ponen límites y se deja simplemente hacer.

Parece que no todos estábamos preparados para los rápidos cambios que se han producido en la forma de ejercer la autoridad, parece que a muchos padres nos está resultando difícil educar en libertad, que no en libertinaje.

Parece que en estos tiempos que nos ha tocado vivir, muchos padres no tenemos tiempo o ganas de decir que no, no tenemos tiempo o ganas de aguantar una pataleta y que así aprendan a manejar la frustración, no tenemos tiempo o ganas de mantener normas estables y coherentes, no tenemos tiempo o ganas de que nuestros niños vean y experimenten afecto, no tenemos tiempo o ganas de que nuestros niños aprendan a solucionar problemas, no tenemos tiempo o ganas de transmitir el valor del esfuerzo (o simplemente no creemos en ello), no tenemos tiempo o ganas de dialogar o debatir con nuestros niños, no tenemos tiempo o ganas de trasmitirles ilusiones y de animarlos a conseguir sus sueños (no los nuestros), no tenemos tiempo o ganas de practicar lo que muchos consideramos el antídoto al veneno de la violencia, la empatía, el ponerse en la piel del otro, y el ayudar al otro.

¿Ser amigo de nuestros hijos? Siempre que entendamos la amistad como lo que es, afecto, cariño, reciprocidad, compartir intereses e inquietudes, mostrar disconformidad con respeto, compartir felicidad y estar en las situaciones difíciles, etc., sí, pero sin olvidar nunca el papel de educador que tenemos los padres.

Formar parte de una familia, no es Jauja, todos sus miembros, incluidos los hijos, no solo gozan de derechos, por los que todos tenemos que velar, sino que también tienen que cumplir con  una serie de obligaciones, y esto no solo es una opinión, es algo que está recogido en nuestro código civil, concretamente en los artículos 154 y 155.

Asunción Lago Cabana. Psicóloga del Instituto Bitácora

Sobre el autor

Instituto Bitácora administrator

Somos un equipo multidisciplinar, encabezado por el Dr Reina, dedicado al tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, así como a la atención de la familia y a las patologías mentales, desde un modelo bio-psico-social que permite hacer una lectura antropológica de la persona que presenta el problema en su contexto y dentro de unos principios Bioéticos.

Deja una respuesta

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies