En esta ocasión queremos dejar por aquí el testimonio de un paciente acerca de su proceso de recuperación. Queremos que esto sirva como motor de motivación para todas aquellas personas que nos lean y que piensen que la adicción es algo de lo que no se puede salir.
Queremos agradecer a T. por su sinceridad y su generosidad al compartir su experiencia.
Esta semana justo he cumplido un año y tres meses desde que empecé el tratamiento con el Doctor Reina, Choni y Ana.
Un año y tres meses en los que mi vida ha cambiado por completo, con mucho trabajo, esfuerzo y sobretodo paciencia. He pasado por baches, pero por suerte no he tenido ninguna recaída ni nada que se le parezca, y eso, quizás ha hecho que todo sea un poco más fácil.
Haciendo balance y mirando atrás veo que el camino no ha sido fácil, y no seguirá siéndolo, pero hay cosas que hacen que seguir por el buen camino sea la mayor motivación. En mi caso, volver a acercarme a Dios, a mi familia y seguir haciendo deporte, han sido las claves.
He visto desde el primer día que empecé el tratamiento y cambié de vida literalmente, una liberación y una paz interior que no tenía desde hacía años. Esto me ayudaba en los momentos más duros, cuando las fuerzas aflojaban y a lo mejor no el hecho de tener deseos de consumo, sino mirando atrás y siendo consciente de todos los errores cometidos.
Deporte – En esos momentos, ver que estaba llevando una vida sana, sin mentiras, tener plena consciencia de mis actos y mi cabeza 24/7 me ayudaba a seguir. Los resultados deportivos a pesar de haber dejado mi deporte, y probar otros nuevos, teniendo el cuerpo y la mente desintoxicados cada día un poco más me ayudaba a motivarme, a seguir, a no querer dejar nada atrás. Estaba conociendo un nuevo yo, con unas capacidades nuevas, una capacidad de sufrimiento y ganas de seguir que cuando estaban en épocas de consumo era impensable.
La motivación deportiva ha sido una pieza fundamental para darme cuenta de hasta dónde puedo llegar y que con trabajo, paciencia, puedes mover tus límites cada día un poco más lejos.
Familia – Amigos – Novia– Este aspecto ha sido fundamental, volver a acercarme a mi familia, y no es que estuviera alejado físicamente, sólo vivía en otra ciudad y venía a visitarlos a menudo, pero vivía una mentira de la que llevaba meses queriendo salir y no sabía cómo pedir ayuda.
El volver a mi ciudad, estar cerca de mi familia y hacerles partícipes de mi tratamiento, de mis mejoras, de mis necesidades. Hablar de otros temas no relacionados con la adicción pero que me atormentaban desde hacía años, me ha ayudado a confiar más en los demás, a ser más abierto y consciente de que tener una familia para apoyarte en todo es el mayor de los tesoros.
Por otro lado, habiéndome equivocado en el asunto de las relaciones sentimentales, creo que el estar haciendo las cosas bien y olvidarme de buscar a alguien, y simplemente buscar mi mejor versión día a día ha hecho que aparezca ella, la mejor persona que he conocido. Ejemplo de amor, de bondad, de fe en Dios. Estoy muy feliz, pero con los pies en la tierra.
Para terminar este apartado, lo que me ha costado y me está costando recuperar a mis amistades de toda la vida, pero en definitiva las sanas, esto ha sido una motivación enorme y me ha ayudado muchísimo para llevar el tratamiento adelante.
Tratamiento – En este caso, la decisión que tomé el día que accedí a tratarme, creo que ha sido una de las más acertadas.
Esta decisión fue confiar al 100% en lo que me dijeran y propusieran, tanto Ana, como Choni como el Doctor Reina. Creo que ha sido una pieza clave el no dejarme llevar por mis instintos en muchas cosas, en escuchar y llevar a cabo las recomendaciones.
Me ha servido como guía y motivación para no desviarme ni una sola vez. Me acuerdo que la única vez que no hice caso a Choni, en un tema que no estaba relacionado con el consumo, pero como hablábamos de todo e intentabamos poner todo en orden, no le hice caso y decidí actuar como me dictaba el corazón, me di un golpe estrepitoso y me di cuenta de que estaba haciendo bien confiando y actuando en consecuencia en todo lo relacionado con la adicción.
La terapia de grupo ha sido también fundamental en todo esto, me ha hecho sentirme parte de algo sincero, sin medias tintas, en dónde todos podemos abrirnos totalmente, sin miedo al qué dirán. Han sido mi segunda familia.
Acercarme a Dios – Cuando llevaba ya dos o tres meses de tratamiento, y me encontraba con una fuerza enorme, a pesar de que estaba pasando por momentos personales y laborales aún duros, me di cuenta de que era momento de sacarme del centro, de volver a acercarme a Dios como había hecho todo mi vida, y que los dos últimos años de consumo me había alejado por el simple hecho de la vergüenza que me daba a mi mismo y pensaba que ocultandome de todo y todos, no pasaba nada.
Por lo tanto fue volviendo a mi manera, pero volviendo, viviendo mi fe y espiritualidad ayudando a los demás, volviendo a misa, a confesarme, a preparar voluntariados…
Esto me ha hecho ver mi problema desde otro punto de vista, no olvidarme de cuales son mis objetivos, pero si sacarme del centro de todo a mi, que me estaba volviendo más egoísta si cabe, más egoísta de lo que un adicto puede ser.
Por lo tanto, mirando atrás, y dejándome mil cosas que comentar, creo que he trabajado bien, que aún me queda mucho, en muchos aspectos, pero una cosa tengo clarisima en todo esto:
En la vida no hay que dejar de intentar ser mejor ni un solo día. Paso a paso, poco a poco, pero intentando crecer y no estancarse ni conformarse.
Muchas gracias a Lola, por estar ahí siempre para todo lo que he necesitado, incluso para reñirme.
A Choni, por las horas charlando de todo y de nada, poniendo mi vida patas arriba para luego ir ordenando lo realmente importante. Por las lágrimas y las risas. Sé que puedo contar con ella aunque ya no forme parte del equipo.
Al Doctor Reina, porque me ha enseñado a conocerme, a identificar mis debilidades, a explotarlas, a crecer, a no olvidarme de seguir creciendo en TODO, y a confiar en los demás mucho más.
Y por supuesto a Ana, que ha sido con la que más horas he pasado, aunque haya sido con más compañeros, me ha ayudado a ver las cosas de otra manera, de otra manera mejor y más práctica, y sobretodo a no confiarme absolutamente NUNCA.
Para terminar a mis compañeros de la terapia de grupo, por los que estaban y están, porque sin ellos habría sido absolutamente imposible llegar a dónde estoy, y seguramente sea imposible llegar más lejos.
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