¿Cómo podemos afrontar el estrés?

PorInstituto Bitácora

¿Cómo podemos afrontar el estrés?

El primer paso para afrontar el estrés de manera eficaz es comprenderlo, identificar cómo funciona y reconocer las fuentes de estrés que cada uno tiene. El segundo paso es adquirir las habilidades para combatirlo.

Conviene recordar que una parte importante de las situaciones de estrés son autogeneradas, es decir, nos las creamos nosotros mismos. En unos casos porque interpretamos como amenazantes situaciones que pueden no serlo (por ejemplo, un atasco de tráfico). En otros casos buscamos las situaciones estresantes (por ejemplo, abarcando más trabajo del que podemos hacer).

Por tanto, no estamos sometidos sin remedio a una vida excesivamente estresante. La superación del estrés es una habilidad que puede adquirirse, y así poderlo controlar y combatir.

Un aspecto que conviene tener en cuenta es que la pérdida de control, real o imaginaria, es uno de los estresores más potentes. Hay que tener presente que todos los problemas tienen varias partes: la parte que podemos controlar por medio de nuestras acciones, y la parte sobre la que no tenemos control.

Por tanto, una buena forma de afrontar estas situaciones reside en identificar cuándo tenemos control y cuándo el control no está en nuestras manos.

Decía un sabio en sus oraciones: “Señor, dame la fuerza necesaria para cambiar las cosas que puedo cambiar, la paciencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar y la sabiduría para poder distinguir entre ambas”.

A continuación hablaremos de algunas técnicas para hacer frente al estrés:

Técnicas generales: consisten en dotar a la persona de recursos personales de carácter general, como:

  • Dieta: conviene comer sano, evitando las comidas que sobrecargan a nuestro organismo con pesadas digestiones u otras consecuencias negativas (colesterol, obesidad, etc.). No abusar del alcohol en las comidas. Es bueno aprovechar la comida como momento de descanso y ruptura con nuestras actividades laborales.
  • Ejercicio físico: la practica moderada de algún deporte o ejercicio físico ayuda a relajarnos. Cuando realizamos ejercicio nuestro organismo segrega una serie de hormonas que hace que disfrutemos durante y después de la actividad física.
  • Descanso: dormir lo suficiente, en torno a ocho horas. Tomar fines de semana y vacaciones como tiempo de descanso. Dejar el trabajo y preocupaciones relacionadas con él en la oficina. Descansar de las tecnologías, pues nuestro cerebro no está preparado para eso, y resulta estresante prestar atención constante a todos los estímulos.
  • Organización: la organización del tiempo y de nuestras actividades, estableciendo horarios,  es fundamental para poder descansar, para no estar preocupados ni sufrir olvidos importantes.

    También hay que saber seleccionar actividades cuando no podemos hacer todo, pues abarcar demasiado es “la madre del estrés”. No pasa nada porque reconozcamos nuestros límites y evitemos las situaciones en las que sentimos que “se nos escapa de las manos”, pues ello nos ayudará a disminuir el estrés cotidiano.

    • Realizar actividades placenteras: al igual que con el ejercicio físico, también se segrega serotonina (hormona del placer) cuando realizamos actividades que nos resultan satisfactorias.
    • Apoyo social: fomentar las relaciones sociales puede resultar una fuente de ayuda psicológica.
    • El buen humor y la distracción: Contribuyen a relativizar la importancia de los problemas.

    Técnicas cognitivas: las utilizamos para cambiar el pensamiento y modificar las interpretaciones erróneas sobre nuestros propios recursos o respecto a lo que se nos pide en una situación.

    • Cambiar el modo de interpretar las situaciones y los problemas: el estrés que nos produce una situación o problema depende de las consecuencias que prevemos, pero a veces exageramos las consecuencias negativas (hipervaloramos la probabilidad de que ocurra algo malo, anticipaciones negativas y empezamos a sufrir un problema que no existe…). Así, si cambiamos la manera en que percibimos una situación que nos desborda, podremos disminuir el nivel de estrés que nos genera tal situación, además de disminuir también otras emociones negativas asociadas.
    • Buscar alternativas: consiste en tener habilidad resolutiva y flexibilidad de pensamiento. Además, todos hemos experimentado el que en algunas ocasiones el preocuparse no sirve de nada, por lo tanto lo mejor en esas situaciones consiste en buscar una alternativa de pensamiento, en la línea de “como no puedo solucionarlo, ¿qué otra cosa puedo hacer en otra dirección?”.
    • Técnicas fisiológicas: buscan reducir los niveles de activación en el organismo, centrándose directamente en los componentes fisiológicos.
    • Entrenamiento en técnicas de control de ansiedad y estrés: practicar técnicas de relajación y respiración con cierta asiduidad, de cara a utilizarlas en los momentos en que nos encontramos peor.

    Hoy en día hay muchas corrientes que nos enseñan a vivir el momento presente, a saborearlo y a disfrutarlo, como la práctica de mindfulness, yoga o meditación.

    Técnicas conductuales: centradas en qué conductas o estrategias podemos realizar para hacer frente al estrés.

    • Entrenamiento en asertividad: mediante esta técnica se consigue mayor capacidad para expresar los sentimientos, deseos y necesidades de manera libre y clara, respetando los puntos de vista del otro. Un ejemplo de ello es aprender a decir no o a expresar nuestras emociones negativas de forma asertiva. En muchas ocasiones guardamos nuestro malestar para evitar conflictos porque “no es tan importante”o “ya se me pasará”…, lo cual puede aumentar nuestro estrés diario.
    • Entrenamiento en habilidades sociales: consiste en enseñar conductas que tienen más probabilidad de lograr éxito en las situaciones sociales o a la hora de conseguir una meta personal.
    • Entrenamiento en solución de problemas y toma de decisiones: se ayuda a la persona a tomar decisiones siguiendo un proceso lógico, que consiste en planteamiento del problema, análisis de alternativas (pros y contras), elección de la menos mala y una vez elegida no volver atrás.

    Resulta importante no analizar continuamente el problema, ya que eso produce ansiedad. Tampoco es aconsejable dejar pasar los problemas, sino afrontarlos y decidiendo qué es lo mejor en cada caso.

    Sobre el autor

    Instituto Bitácora administrator

    Somos un equipo multidisciplinar, encabezado por el Dr Reina, dedicado al tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, así como a la atención de la familia y a las patologías mentales, desde un modelo bio-psico-social que permite hacer una lectura antropológica de la persona que presenta el problema en su contexto y dentro de unos principios Bioéticos.

    Deja una respuesta

    Uso de cookies

    Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

    ACEPTAR
    Aviso de cookies