El primer paso para afrontar el estrés de manera eficaz es comprenderlo, identificar cómo funciona y reconocer las fuentes de estrés que cada uno tiene. El segundo paso es adquirir las habilidades para combatirlo.
Conviene recordar que una parte importante de las situaciones de estrés son autogeneradas, es decir, nos las creamos nosotros mismos. En unos casos porque interpretamos como amenazantes situaciones que pueden no serlo (por ejemplo, un atasco de tráfico). En otros casos buscamos las situaciones estresantes (por ejemplo, abarcando más trabajo del que podemos hacer).
Por tanto, no estamos sometidos sin remedio a una vida excesivamente estresante. La superación del estrés es una habilidad que puede adquirirse, y así poderlo controlar y combatir.
Un aspecto que conviene tener en cuenta es que la pérdida de control, real o imaginaria, es uno de los estresores más potentes. Hay que tener presente que todos los problemas tienen varias partes: la parte que podemos controlar por medio de nuestras acciones, y la parte sobre la que no tenemos control.
Por tanto, una buena forma de afrontar estas situaciones reside en identificar cuándo tenemos control y cuándo el control no está en nuestras manos.
Decía un sabio en sus oraciones: “Señor, dame la fuerza necesaria para cambiar las cosas que puedo cambiar, la paciencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar y la sabiduría para poder distinguir entre ambas”.
A continuación hablaremos de algunas técnicas para hacer frente al estrés:
Técnicas generales: consisten en dotar a la persona de recursos personales de carácter general, como:
También hay que saber seleccionar actividades cuando no podemos hacer todo, pues abarcar demasiado es “la madre del estrés”. No pasa nada porque reconozcamos nuestros límites y evitemos las situaciones en las que sentimos que “se nos escapa de las manos”, pues ello nos ayudará a disminuir el estrés cotidiano.
Técnicas cognitivas: las utilizamos para cambiar el pensamiento y modificar las interpretaciones erróneas sobre nuestros propios recursos o respecto a lo que se nos pide en una situación.
Hoy en día hay muchas corrientes que nos enseñan a vivir el momento presente, a saborearlo y a disfrutarlo, como la práctica de mindfulness, yoga o meditación.
Técnicas conductuales: centradas en qué conductas o estrategias podemos realizar para hacer frente al estrés.
Resulta importante no analizar continuamente el problema, ya que eso produce ansiedad. Tampoco es aconsejable dejar pasar los problemas, sino afrontarlos y decidiendo qué es lo mejor en cada caso.
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