Como comentaba en el anterior post, la mejor forma de relacionarnos con los demás es la conducta asertiva, pero conviene tener en cuenta que al mismo tiempo es el estilo más difícil, porque es el resultado de un equilibrio entre nuestros derechos y los de los que nos rodean.
Así, en las relaciones asertivas debemos tener en cuenta no sólo nuestros derechos y emociones, como harían los que se relacionan agresivamente, ni sólo los derechos y emociones de los demás, cómo harían los que se comportan de modo sumiso, sino que hemos de considerar al mismo tiempo las dos caras de la moneda. Tenemos que convertirnos en una balanza. Leer más