LA FAMILIA FRENTE AL ACOSO ESCOLAR

PorInstituto Bitácora

LA FAMILIA FRENTE AL ACOSO ESCOLAR

El acoso escolar o bullying, es la violencia entre iguales que emerge de la vida escolar. Tiene lugar cuando una o más personas hacen daño de forma intencionada, repetida y prolongada en el tiempo a otra. Y puede darse tanto en el centro escolar como fuera de éste, así como a través de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, llamándose en este caso ciberacoso.

A muchos de nosotros nos sorprenden los datos sobre acoso escolar de los últimos estudios, las estadísticas  señalan, que uno de cada cuatro alumnos refiere haber sido víctima de un episodio de violencia escolar.

Vivimos en una sociedad en la que pasan como normales por ser habituales, los ataques, las ofensas, las amenazas, las discriminaciones,  al otro. Así, TODOS los que formamos parte de ella, podemos decidir si fomentar los factores de riesgo o fomentar los factores de protección frente al acoso escolar. Desde Instituto Bitácora, como centro de atención a la familia, hoy ponemos el énfasis en los aspectos familiares, ya que la familia es un pilar fundamental tanto en la prevención, como en la detección y actuación frente al acoso escolar.

En cuanto a la prevención, el estilo educativo basado en el respeto, en la comunicación, en el manejo de las emociones negativas, en la evaluación de las consecuencias, en la empatía y la asertividad , y los tipos de vínculos afectivos sanos y estables que establece la familia con los hijos, son determinantes para desarrollar niños respetuosos, solidarios, que sepan decir que no, que sepan establecer límites con quienes podrían agredirlos y que puedan comunicar a los padres u otros adultos las situaciones que les afecten, y no acabar así siendo víctimas, agresores o observadores pasivos.

Métodos basados en el castigo físico o en la violencia emocional, la falta de supervisión, estilos educativos permisivos que no marcan normas claras y consistentes, y la sobreprotección, están entre los factores familiares de riesgo.

En cuanto a la detección, hay que estar atentos a los cambios de humor, a la presencia de mal genio y nerviosismo, a los cambios en cuanto al comportamiento y la motivación y rendimiento en el estudio, a la presencia de sentimientos de soledad e impotencia, y también están presentes en niños que están siendo víctimas de acoso escolar síntomas físicos leves como dolor de estómago, dolor de cabeza, dolor de espalda, vértigos.

En cuanto a la actuación ante el acoso escolar, lo primero es escuchar a los niños sin juzgar, favoreciendo que expresen lo que siente, teniendo muy en cuenta que en estos casos casi nunca mienten, brindándole nuestro apoyo. No minimizar. Mantener la calma, trasmitir al niño serenidad y seguridad. No culpabilizarle. Reforzar el hecho de que ha comunicado la situación que está viviendo, y sin demora ponerlo en conocimiento del centro escolar, manteniendo actitud colaboradora y haciendo un seguimiento muy de cerca de las actuaciones a seguir. Al mismo tiempo, fomentar otras actividades fuera del centro escolar que permitan ampliar la red social, y que favorezcan emociones positivas en el niño.

Como vemos, la familia interviene en los cuatro niveles de prevención. Prevención primaria, para evitar la aparición del problema. Prevención secundaria, detectar para evitar la progresión del problema. Prevención terciaria, tomar medidas para restablecer la normalidad y analizar y tratar las consecuencias negativas. Y prevención  cuaternaria, hacer un seguimiento para evitar que el hecho vuelva a suceder.

Por último y no por ello menos importante, en los casos de acoso escolar no solo hay que atender a la víctima, también hay que actuar sobre el agresor, los observadores,  las familias de los implicados y el centro escolar.

Asunción Lago Cabana

Sobre el autor

Instituto Bitácora administrator

Somos un equipo multidisciplinar, encabezado por el Dr Reina, dedicado al tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, así como a la atención de la familia y a las patologías mentales, desde un modelo bio-psico-social que permite hacer una lectura antropológica de la persona que presenta el problema en su contexto y dentro de unos principios Bioéticos.

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