Crisis de Ansiedad (2)

PorInstituto Bitácora

Crisis de Ansiedad (2)

¿Cuál es mi león?

 

En uno de los últimos post indicamos que el fundamento de las crisis de ansiedad es la activación y que ésta se produce por el aumento del estrés.

¿En qué consiste el estrés?

 

En una serie de fenómenos psíquicos y físicos que se producen cuando los organismos se enfrentan a situaciones exigentes del ambiente (frío, calor, peligro, novedad, etc). Estos fenómenos, que son defensivos y nos sirven en un primer momento para adaptarnos a un medio cambiante puede llegar a ser contraproducentes cuando no nos sirven para adaptarnos o bien porque nos superan las exigencias o éstas son de muy larga duración.

 

La ansiedad, es una emoción que corresponde al miedo de los mamíferos pero, mientras que en los animales sólo se produce cuando el estímulo está delante, en el hombre se puede producir sin que esto sea así, pensando en el futuro e incluso en cosas abstractas, gracias a que tenemos pensamiento que nos diferencia del resto de los mamíferos.

 

Existe un ejemplo muy común, que recordaremos brevemente, para desarrollar esto un poco más, imaginemos que nos encontramos en la época en la que el hombre salía a cazar a la selva, imaginemos que un hombre y un ciervo salen a cazar y se encuentran a un león, en este momento se activaran una serie de mecanismos fisiológicos en el cuerpo de ambos ante el miedo de ver al rey de la selva, aparecen nuestros mecanismos de defensa, el cuerpo se activa para llevar a cabo hasta tres tipos de respuestas atacar, huir o hacerse el muerto, si soy carne muerta el león no me va a querer.

 

¿Cómo se activa mi cuerpo para defenderme del león?

 

Si el cuerpo necesita golpear o salir corriendo se produce un aumento de la tensión muscular y el ritmo cardíaco para que la sangre llegue a todas sus partes, por eso podemos sentir lo cómo se nos acelera el corazón o se tensan los músculos, de la misma forma que también se apura la respiración, ya que el cuerpo necesita más oxígeno para llegue a todas las partes de mi cuerpo para oxigenar a mis músculos para golpear o salir corriendo.

 

Como me llega más sangre oxigenada a la cabeza me pondré “colorado”. El cuerpo también necesita pesar menos para ser más ágil en la lucha, y qué mejor forma de perder líquidos que aumentando las ganas de orinar o de perder peso que defecando. El cuerpo se activa para defenderse sudando y temblando, así resbalaremos y estaremos en movimientos cuando el león intente atraparnos.

 

Una vez que, tanto el ciervo como el hombre han escapado del león, el ciervo que sólo siente miedo cuando el león está delante de él al día siguiente volverá a cazar pasando por la misma zona que se encontró al león o no, sin embargo, el hombre cuando llega esa noche a su cueva comienza a pensar “hay que ver lo que me podría haber pasado, mañana voy a cazar por el otro lado del río, me he escapado por los pelos, y si vienen ahora el león a buscarme…” y el cuerpo vuelve a activarse y a producirse las mismas reacciones fisiológicas que cuando vio al león, aunque este solo en la cueva, en ausencia de peligro.

 

En un primer momento, esto nos ha servido como especie para sobrevivir y desarrollarnos, pero a costa del sufrimiento, de la ansiedad, que cuando no es mucha intensidad ni se produce con mucha frecuencia nos puede ayudar a rendir más pero cuando aumenta nos puede bloquear (mecanismo de hacerse el muerto) o hacer que tengamos ganas de salir corriendo (mecanismo de huida)…

 

Normalmente las sensaciones de ansiedad y angustia son muy desagradables para quien no las comprende y tienden a producir evitación de la situación en la que nos ocurrió, que a su vez produce ansiedad anticipatoria (pensar en lo temido y ponerse nervioso antes de hacerlo) y más ansiedad, en un círculo vicioso. Sin embargo, cuando en vez de evitarla, nos mantenemos en la situación o la preocupación, la intensidad de la ansiedad disminuye con el paso del tiempo.

Dra. Mª Carmen López

Sobre el autor

Instituto Bitácora administrator

Somos un equipo multidisciplinar, encabezado por el Dr Reina, dedicado al tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, así como a la atención de la familia y a las patologías mentales, desde un modelo bio-psico-social que permite hacer una lectura antropológica de la persona que presenta el problema en su contexto y dentro de unos principios Bioéticos.

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