La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central.
Tiene una enorme capacidad adictiva. Resulta sencillo y rápido pasar de consumos ocasionales a habituales, de un consumo recreativo a una adicción.
Los efectos de su consumo a corto plazo pueden resultar muy atractivos, pero su consumo habitual provoca importantes complicaciones orgánicas, psicológicas y sociales.
Entre las orgánicas, principalmente alteraciones cardiovasculares y neurológicas, además de problemas respiratorios, falta de apetito y pérdida de peso, problemas renales, alteraciones menstruales, infertilidad e impotencia… y serias complicaciones psicológicas como dependencia física y una fuerte dependencia psicológica, trastornos cognitivos (atención, concentración), trastornos del sueño y trastornos psíquicos severos como ideas paranoides, depresión, ansiedad, ideas suicidas…
Una complicación añadida al consumo de cocaína es, que esta droga tiene un elevado nivel de asociación tanto con otras drogas como el alcohol, como con conductas potencialmente adictivas, como el sexo o el juego.