Con la llegada de la primavera muchas personas experimentan una serie de molestias que se conocen como astenia primaveral, y que se deben a la necesidad de adaptación de nuestro organismo a los cambios ambientales que se dan en esta época. Estos factores ambientales son, los cambios de temperatura y de luz, hoy sol y altas temperaturas, mañana día gris y lluvioso, incluso la modificación de una hora en el horario puede llegar a afectar. La astenia primaveral es un trastorno adaptativo transitorio que se supera en quince, veinte días y cuya sintomatología consiste en cansancio generalizado, dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad e incluso bajada de la capacidad de concentración, atención y memoria, así como disminución del apetito y del deseo sexual. También se pueden ver afectas determinadas sustancias que tienen que ver con el estado de ánimo, como son las endorfinas, que se asocian a estados de ánimo positivo, y la melatonima, que regula ciclo vigilia-sueño. [Tweet “¿Qué se puede hacer para hacer frente a esta sintomatología transitoria?”] -No automedicarse, los antihistamínicos aumentan la sensación de cansancio y los complejos vitamínicos no son necesarios si llevamos una dieta equilibrada. -Seguir horarios rígidos vigilia-sueño e incluso aumentar las horas de sueño. -Cuidar la alimentación con nutrientes que aporten energía como los frutos secos o los plátanos. -Hidratarse bien. -Seguir una rutina sana antes de irse a la cama, evitando por ejemplo, activarse con las nuevas tecnologías. -Hacer ejercicio moderado. -Que la falta de energía no nos deje sin actividades reforzantes, las que nos hacen sentir bien. -Y sobre todo desdramatizar y tener paciencia. Podemos bajar un poco el listón de las actividades diarias, y si estos días no llegamos a todo, sobra con llegar a casi todo y pensar que en dos o tres semanitas todo el malestar habrá pasado.
Asunción Lago Cabana, Psicóloga de Instituto Bitácora