Etiquetas conflictos

PorInstituto Bitácora

Los conflictos familiares ¿evitarlos o gestionarlos?

En nuestro último post hablamos sobre la importancia de la familia y cómo la interrelación entre los miembros provoca que cualquier situación o conflicto que ocurra a uno de ellos o entre los miembros afecte también al resto. En esta ocasión continuaremos en esta línea centrándonos en este post en los conflictos familiares.

Hallar situaciones de conflicto en un ambiente familiar es algo natural e inevitable. Sin embargo, este tipo de conflictos no son necesariamente negativos. De hecho, de ellos se puede aprender y pueden servir para el progreso y desarrollo personal y familiar. Por ello, lo fundamental no es evitar el conflicto, puesto que es inevitable, sino manejarlo de la manera más asertiva posible y evitar la escalada de agresividad.

¿CUÁLES SON LOS CONFLICTOS FAMILIARES?

Los conflictos que subyacen a los problemas de convivencia familiar pueden tener su raíz en diferentes áreas de la dinámica familiar. En esta ocasión nos centraremos en la manera de educar.

En primer lugar, hablaremos de aquellos conflictos relacionados con la MANERA DE EDUCAR:

Cuando hablamos de estilos educativos nos referimos a los pensamientos y acciones que los padres tienen hacia sus hijos en cuanto al afecto y comunicación y en cuanto a el control y las exigencias que se manifiesta en tales relaciones.

Normalmente se describen cuatro estilos educativos parentales:

  • Estilo autoritario: predomina la existencia de abundantes normas y la exigencia de una disciplina bastante estricta. Las normas no suelen justificarse ni se toman en consideración las necesidades de los hijos. La obediencia de sus hijos se obtiene frecuentemente mediante imposiciones, amenazas y privaciones. Además, las muestras de afecto a los hijos son escasas.
  • Estilo permisivo: los padres de este estilo se caracterizan por el afecto y el dejar hacer. Existen altos niveles de comunicación y afecto. Sin embargo, las escasas normas y demandas planteadas a los hijos hacen que estos encuentren pocas exigencias a las que hacer frente, por lo que no suelen asumir compromisos familiares, escolares ni sociales. De este modo, son los padres los que en todo momento tienden a adaptarse a los hijos, centrando sus esfuerzos en satisfacer sus necesidades.
  • Estilo sobreprotector: es el de los padres poco exigentes. No dejan que los hijos ensayen respuestas de manera autónoma, pues tratan de evitar que sus hijos se enfrenten a las dificultades de la vida, y así evitar que se frustren. Padres que limitan las responsabilidades de sus hijos y no les brindan autonomía a medida que van creciendo. Son padres muy sensibles e interesados por sus hijos, con un nivel excesivo de preocupación por ellos.
  • Estilo democrático: el mostrar afecto a los hijos y ser sensible a sus necesidades se combinan con una cierta firmeza en el mantenimiento de las normas y principios que se establecen razonadamente con los hijos. Hay normas claras, consistentes y adaptadas a sus posibilidades, que justifican ante los hijos. Los padres fomentan la independencia de los hijos, esperan y exigen cooperación y respeto de normas. Estos padres utilizan mucho la reflexión sobre las consecuencias de determinados comportamientos de sus hijos.

Es importante saber que estas diferentes maneras de educar tienen efectos en el desarrollo de los hijos, en su comportamiento y en su forma de relacionarse con los demás.

De estos cuatro estilos, el democrático es el más saludable para el desarrollo de los hijos y de su relación con sus padres.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies