LA FAMILIA, UN SER VIVO EN CONTINUA EVOLUCIÓN

PorInstituto Bitácora

LA FAMILIA, UN SER VIVO EN CONTINUA EVOLUCIÓN

En cada etapa de transición en el ciclo vital de la familia se produce un momento de crisis, y en muchas ocasiones tenemos que tener esto en cuenta al analizar la demanda de una familia en la consulta. El crecimiento familiar debe implicar el cambio en los acuerdos de relación y si aparece un síntoma en algún miembro de la familia, puede ser una señal de la dificultad para superar una etapa del ciclo vital. El síntoma es una señal de que la familia enfrenta dificultades para superar una etapa del ciclo vital.

El sistema familiar es un ser vivo que, al igual que un ser individual, puede ser susceptible de estudio desde la perspectiva de etapas o fases de evolución.

Las etapas del ciclo vital de la familia son:

Periodo de galanteo (adolescencia)

Muchas consultas se producen en esta etapa, y comienzan a surgir problemas si se demora este proceso en el joven. Los padres pueden: soltar a sus hijos o enredarlos a perpetuidad en la organización familiar. Una diferencia crucial entre el hombre y todos los demás animales es que el primero es el único con “parientes políticos”. En cada etapa de la vida de la familia humana está involucrada una familia extensa; mientras que en las otras especies hay discontinuidad entre las generaciones. Una leona no dice a su hija con quién “debe casarse”, ni supervisa la crianza de sus crías; los padres humanos, en cambio, influyen en las parejas potenciales de sus hijos y ayudan a criar a los nietos. Por lo tanto, el matrimonio no es meramente la unión de dos personas, sino la conjunción de dos familias que ejercen su influencia y crean una compleja red de subsistemas.

Constitución de la pareja estable

La pareja, al inicio, debe elaborar multitud de acuerdos y los temas que no pueden discutirse quedan enquistados en el matrimonio. La nueva pareja puede aprender a usar tanto el poder de la fuerza como el poder de la debilidad y enfermedad.
Por otra parte, el arte del matrimonio sería conseguir la independencia conservando la involucración emocional con la familia de origen.

Nacimiento de los hijos

Con el nacimiento de un niño, un hijo,  la pareja pasa de ser dos personas a configurar un triángulo. Es posible que se desarrolle un nuevo tipo de celos cuando un miembro de la pareja siente que el otro está más apegado al niño que a él o a ella.

Muchas de las cuestiones que enfrenta la pareja empiezan a ser tratadas a través del niño. Si un hijo se convierte en parte de un triángulo, cuando es suficientemente grande para abandonar el hogar se suscita una crisis, porque la pareja queda frente a frente sin “recurso niño” interpuesto entre ellos, y es cuando se reactivan cuestiones irresueltas desde hace muchos años, antes de que el niño naciera.

El período más común de crisis es cuando los hijos empiezan la escolaridad ya que para los padres puede significar que terminarán dejando el hogar.

Periodo intermedio

En este período la relación matrimonial se profundiza y amplía, se han forjado relaciones estables con la familia extensa y con círculos de amigos.

En estos años medios pueden sobrevenir graves tensiones y también el divorcio, aún cuando la pareja haya superado muchas crisis previas. La mayor parte de los otros períodos de tensión familiar aparecen cuando alguien ingresa en la familia o la abandona. Es en esta etapa cuando los hijos pasan de la niñez a la juventud. La crisis adolescente puede ser vista como una lucha por mantener la situación establecida.

El” destete de los padres”

Parece que toda familia ingresa en un período de crisis cuando los niños comienzan a irse, y las consecuencias son variadas. Una dificultad marital que puede emerger en esta época es que los padres se encuentren sin nada que decirse ni compartir. Durante años no han conversado de nada, excepto de los niños. A veces la pareja empieza a disputar entorno de las mismas cuestiones por las que disputaban antes de que llegaran los hijo, ya que estas cuestiones que no se resolvieron, sino simplemente se dejaron de lado con la llegada de los niños, ahora resurgen.

El retiro de la vida activa

Aunque los problemas afectivos individuales de la gente mayor pueden tener causas diversas, una primera posibilidad en la que tenemos que pensar es que sea la de protección de alguna otra persona. Por ejemplo, si uno de los miembros de la pareja desarrolla un síntoma incapacitante, el otro miembro, al ayudar a su pareja, se siente útil, de esta manera, lo desvía de la crisis que puede sobrevenir a la jubilación al sentirse retirado de una vida activa.

Mª Carmen López Alanís. Experta en Terapia Relacional Sistémica y Terapia Familiar del Instituto Bitácora

Sobre el autor

Instituto Bitácora administrator

Somos un equipo multidisciplinar, encabezado por el Dr Reina, dedicado al tratamiento del alcoholismo y otras adicciones, así como a la atención de la familia y a las patologías mentales, desde un modelo bio-psico-social que permite hacer una lectura antropológica de la persona que presenta el problema en su contexto y dentro de unos principios Bioéticos.

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