Archivo anual 2017

PorInstituto Bitácora

Biografía de una codependiente

¿Qué es codependencia?

La palabra codependencia aparece en los setenta, para explicar la relación disfuncional que establece una persona, fundamentalmente un familiar, con otra que tiene un problema por consumo de alcohol y/o drogas. Esta relación, que es íntima y directa, tiene la particularidad, que no beneficia a ninguno de los implicados, sino todo lo contrario, dicha relación, mantiene el malestar y perpetúa el problema de abuso o adicción.

¿Cómo actúa un codependiente?

La persona codependiente intenta satisfacer sus necesidades en función al otro, alejándose y  olvidándose de sus propios problemas, por lo que están siempre por resolver. El centro de su existencia es el problema del otro, todo lo ocupa la preocupación por el otro, el miedo a la separación, la culpa… y así, su sufrimiento es constante, permanente.

Las personas que desarrollan este trastorno psicológico presentan síntomas del tipo: Necesidad de tener el control sobre el otro. Baja autoestima y sensación de falta de autoeficacia. Autoconcepto y autoimagen negativos. Dificultad para poner límites. Dificultad para establecer condiciones. Represión de emociones. Monopolización de los problemas del otro. Negación o minimización de los propios problemas, como mecanismo de defensa. Dificultad para pedir ayuda. Ideas obsesivas y/o conductas compulsivas. Miedo al abandono, a la soledad, al rechazo.

¿Quién puede desarrollar codependencia?

Como acabamos de señalar, este trastorno lo desarrollan las personas que conviven con otra que tiene un problema por consumo de alcohol y/o drogas, principalmente la pareja o familiar directo.

El género y el entorno en el que hemos crecido y hemos sido educados, son factores de vulnerabilidad para el desarrollo de la codependencia. Las condiciones sociales y culturales tienen que ver con la alta prevalencia de este problema en las mujeres. Las mujeres son las encargadas del cuidado y protección de los demás. En general, se espera que seamos dulces, dóciles, dependientes, sacrificadas, pacientes, maternales, abnegadas, dispuestas siempre a hacer cosas por los demás postergando lo nuestro…Significativo también es que muchas de las mujeres que desarrollan este tipo de relación de dependencia, desde pequeñas ocuparon roles inapropiados para su edad y se hicieron cargo de sus hermanos o padres. Esa temprana adultez las hace personas muy sensibles, y que tienden a elegir como parejas a personas a las que poder cuidar y proteger como no sintieron que hicieron con ellas. Estableciendo un lazo de unión con la persona que tiene problemas, en el que el eje más que el amor, es la necesidad. Al creer que son necesarias/os para el otro, las personas codependientes se sienten cómodas, seguras, porque la posibilidad del que el otro las abandone es menor. Pero esta condición tiene una parte muy negativa, que es que, cuando no se sienten correspondidas/os, experimentan un intenso malestar en el que incluso pueden hacerse daño a sí mismas/os

¿Cómo tratar la codependencia?

La codependencia es difícil de desactivar. El codependiente es incapaz de ver por sí mismo la relación disfuncional que ha establecido. No puede distanciarse de la relación, por muy insana que ésta sea.

Con psicoterapia individualizada, y como complemento, terapia de grupo con otras personas con el mismo problema, e incluso a veces, es necesario el apoyo farmacológico, la persona puede reconocer su condición de codependiente, iniciándose así la posibilidad de cambio, y el paso a la acción, es decir, empezar a trabajar para poder modificar la manera en que vive la relación y lograr la normalización. Leer más

PorInstituto Bitácora

¿EN QUÉ ME BENEFICIA UNA COMUNICACIÓN EFICAZ?

Somos primordialmente seres “sociales”, en el sentido de que pasamos la mayor parte de nuestras vidas con otras personas. Por consiguiente, es importante aprender a entenderse con los otros y a funcionar adecuadamente en situaciones sociales. Ciertas habilidades de comunicación nos ayudan a mejorar las relaciones con los demás.

La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir una información, tanto verbal como no verbal, compartiendo pensamientos, opiniones y sentimientos.

Las formas de comunicación humana pueden agruparse en dos grandes categorías: la comunicación verbal y la comunicación no verbal:

  • La comunicación verbal se refiere a las palabras que utilizamos y a las inflexiones de nuestra voz (tono de voz).
  • La comunicación no verbal hace referencia a lo que expresamos por medio del cuerpo como los gestos, las miradas, los movimientos de brazos y manos o la postura y la distancia corporal.

Pese a la importancia que le solemos atribuir a la comunicación verbal, entre un 65 % y un 80 % del total de nuestra comunicación con los demás la realizamos a través de canales no verbales.

Para comunicarnos eficazmente, los mensajes verbales y no verbales deben coincidir entre sí. Muchas dificultades en la comunicación se producen cuando nuestras palabras se contradicen con nuestra conducta no verbal. Por ejemplo si una mujer le entrega un regalo a su marido por su cumpleaños y éste, con una expresión de decepción dice “Gracias, es justo lo que quería”.

Pero…¿en qué me beneficia una comunicación eficaz?

 

·         Nos ayuda a mantener relaciones personales más satisfactorias.

·         Aumenta las posibilidades de conseguir lo que deseamos.

·         Favorece la aparición de emociones positivas (alegría, entusiasmo, satisfacción…), en uno mismo y en los demás.

·         Reduce el riesgo de sufrir alteraciones emocionales como la ansiedad o la depresión. Sentirnos apoyados por otras personas mejora nuestro estado de ánimo y nuestra capacidad para manejar el estrés o sobreponernos a cualquier adversidad.

·         Mejora la autoestima.

·         La comunicación ayuda a conocerse uno mismo y a desarrollar nuestras potencialidades.

Aunque casi todos somos capaces de mantener conversaciones, nuestra habilidad para desenvolvernos en ellas puede diferir bastante, por lo que hay personas más habilidosas que otras a la hora de expresarse y comunicarse. Esta habilidad para iniciar y mantener conversaciones facilita la comunicación y el mantenimiento de relaciones con los demás.

Todos tenemos derecho a intentar comunicarnos y a conversar con otras personas cuando nos interesa o apetece hacerlo. A la mayoría de las personas les gusta hablar con los demás y responden favorablemente cuando intentamos comunicarnos con ellas. Pero cuando no lo deseen, lo correcto es que reconozcamos su derecho a actuar así y lo respetemos.

Debido a  la importancia que tiene en nuestras vidas una buena comunicación, y dado que la comunicación es una habilidad que se puede trabajar y mejorar, desde Instituto Bitácora realizamos talleres de Habilidades Sociales en los que, entre otras cosas, trabajamos tanto las habilidades necesarias para una buena comunicación, como las actitudes y pensamientos que favorecen o dificultan una óptima comunicación.

En posteriores post hablaremos de las habilidades necesarias para una comunicación eficaz.

 

Ana Martín Almagro

 

PorInstituto Bitácora

Síndrome de Ulises

El síndrome de Ulises o síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple no es un trastorno mental sino un cuadro de estrés muy importante que se da en inmigrantes que viven situaciones extremas y sufren unas condiciones límites que no pueden elaborar adecuadamente.

Puede ser algo muy confuso porque lo primero que acabamos que decir es que no es un trastorno mental, por lo que a la persona que está sufriendo y con cantidad de signos y síntomas de ello le decimos que no tiene nada. Por otra parte también puede ocurrir todo lo contrario, que se diagnostique incorrectamente de trastorno depresivo cuando la persona esta llena de proyectos e ilusiones que desea realizar y quiere y se siente activa.

No es un duelo migratorio clásico, toda inmigración conlleva una enorme cantidad de pérdidas. En primer lugar mencionaremos brevemente algunas características concretas de un “duelo migratorio”: es un duelo parcial, porque el país del que uno se va no se extingue y además como suele visitarlo en vacaciones o mantener contacto con él, se vuelve recurrente el duelo cada vez que vuelve a alejarse, además está vinculado a ciertos aspectos asociados a la infancia muy relevantes, sus orígenes, en cuanto al idioma, personas queridas, costumbres… que ayudaron a formar la personalidad del emigrante. Otra característica es que es múltiple, es un duelo por la familia, por el idioma, por la cultura, por los colores, olores, por el clima, por el estatus social… Puede dar lugar a cambios en la personalidad, que en ocasiones fortalecen al emigrante pero que también pueden llegar a desestabilizarlo.

Cuando no se logra la elaboración y superación de este duelo y se suman características extremas puede desembocar en el Síndrome de Ulises.

¿Cuáles son los estresores más importantes del síndrome de Ulises?

 

–          La separación forzada de los seres queridos con lo que esto supone en todo el sistema de apego, que es un sistema básico de seguridad y supervivencia para las personas.

–          El sentimiento de desesperanza cuando ven que el proyecto y todas las oportunidades que esperan encontrar han fracaso.

–          El tener que luchar literalmente por sobrevivir, con elementos tan básicos como dónde comer o dónde encontrar un techo para dormir.

–          El miedo en los propios viajes, caminar kilómetros y kilómetros en medio del frío, el esconderse en maleteros o incluso maletas, el acabar ahogados al caerse de una patera, las amenazas de las mafias o de la detención y expulsión, etc.

Tenemos que tener además en cuenta que todos estos estresores se pueden acumular y potenciar entre ellos, como se suele decir, lo negativo llama a lo negativo y que esta situación puede durar meses o incluso años con el sentimientos del individuo que poco puede hacer él para cambiar su situación y que lo demás también poco hacemos.

¿Qué siente la persona con un síndrome de Ulises ?

 

Es habitual que el emigrante se sienta triste, irritable, con tensión y dificultad para dormir bien, puede padecer dolores poco específicos, musculares, de cabeza, etc. Que nos recuerdan a cuadros de ansiedad y depresión, sin tener porqué llegar a presentar la persona un cuadro propiamente dicho de estos. Y es que una situación de estrés crónico puede afectar tanto a la personalidad como al funcionamiento de los órganos internas y haber alteraciones en los sistemas hormonales y de neurotransmisores, que haga que se den los síntomas previamente mencionados.

 

Dra. Mª Carmen López Alanís

PorInstituto Bitácora

De vuelta a la normalidad

De vuelta a la normalidad, aunque hay que decir, que este año la Navidad ha sido especial, porque para nosotros, Instituto Bitácora, no ha supuesto grandes cambios en la rutina de trabajo con nuestros pacientes, salvo el grupo de terapia de mujeres, que es siempre especial, e hizo un pequeño paréntesis.

La celebración de la llegada de Sus Majestades Los Reyes Magos De Oriente pone el broche final a estos días, que como os hemos ido contando en este mismo espacio, no son fáciles ni para personas que están en tratamiento por un problema por consumo de alcohol ni para sus familiares. Pero como en todo, también hay cosas buenas, y hoy os dejamos una muestra de ello.

Para Fígaro, uno de nuestros pacientes, con la iluminación de nuestras calles empezó la complicación, aunque lo vio a posteriori, pero lo vio y lo manejó bien. Por delante tenía muchas ocasiones en las que el alcohol iba a ser el gran protagonista. Además, después de unos meses en tratamiento se sentía bien, con fuerza y con la “obligación” de normalizar.

Pero ¿qué es normalizar para una persona que tiene un problema por consumo de alcohol?…

A mis pacientes les repito en muchas ocasiones: “Te puedes fiar de ti en todo, pero acerca de lo que piensas respecto al alcohol, siempre es pronto para hacerlo… Ahora que no quieres beber, que tienes claro que el alcohol es un elemento negativo en tu vida, las ganas de beber seguirán, pero ahora vendrá por otro camino… Ya no vendrán de frente…Ahora buscará la manera de convencerte, buscará la manera de que te des un permisito, para que bajes la guardia y empezar a sumar los pequeños errores, tan pequeños que ni los ves… No te fíes de tus pensamientos relacionados con el alcohol, ponlos primero en cuarentena” Leer más

PorInstituto Bitácora

HÉROES DEL DÍA A DÍA

Estos días de reuniones, celebraciones, regalos, comer y beber, tampoco son fáciles para los familiares de las personas que están en tratamiento por un problema por consumo de alcohol y/o drogas.Como ya os hemos contado hace unos meses en este mismo espacio, consideramos a estas personas, a las esposas,  esposos, madres, padres, hijos, hijas, hermanos, hermanas, como auténticos héroes. Héroes sin capa, de carne y hueso, con sus esperanzas y sus miedos, con sus ganas y sobrecargas, con sus certezas y sus dudas… pero siempre dispuestas a actuar preocupándose por el bienestar del otro, con sacrificio, constancia, valor, fe y amor.

Para los héroes, el camino hasta llegar aquí ha sido largo y ha estado lleno de obstáculos, de curvas, de subidas y bajadas. Un camino que empezó mucho antes que el del propio paciente, ya que uno de sus superpoderes es que se adelantan a los acontecimientos. Ven los problemas antes que el propio afectado, identificado señales que solo ellos son capaces de ver.

Estas dificultades del camino, hacen que una vez que han llegado a la meta, también ellos requieran de atención y ayuda. Los héroes necesitan ayuda para el control de su propio malestar, para aumentar la seguridad en sí mismo, por lo “incierto” e “impredecible” que resulta la vida con alguien que tiene un problema por consumo de alcohol y/o drogas. Los héroes necesitan de un entorno especial, un espacio donde poder hablar de sus propios sentimientos, de sus dudas, temores, esperanzas, deseos… También necesitan pararse para poder analizar las estrategias utilizadas hasta el momento, qué funciona y me lo quedo, qué no funcionan y lo suelto… y además se tendrán que ir ajustando a los cambios que se irán produciendo a lo largo del proceso de recuperación.

En definitiva, tienen que seguir… aunque las fuerzas les fallen…

Os dejo el mensaje que recibí de una de mis héroes, cuando solo quedaban unas horas para estrenar el 2017.

 

Acaba el año y toca hacer balance:

un año lleno de momentos muy duros, de decepciones, de soledad, de crisis de ansiedad… pero no todo ha sido malo.

He descubierto la sensibilidad de mis niños en esos momentos duros, que la familia siempre ayuda, que estar sola no está tan mal, que se puede salir hacia delante, que nada es tan negro como parece, que hay días buenos y días malos, que hay solución para casi todo en esta vida, que hay que saber apreciar los momentos que te brinda la vida, que lo que no quieres que esté en tu vida hay que quitarlo y sobre todo, que de todo se aprende.

Y por muy duro que sea lo que te pase, de todo se saca una enseñanza. Es verdad que yo no me encuentro en mi mejor momento, que por más que lo intento, hay algo, no sé el que, que no me deja disfrutar, y esto a su vez me hace sentir peor.

Echo de menos muchas cosas, vivo en una constante prohibición y alerta. Es muy complicado poder disfrutar así. Sé que es por el bien de XX y de todos. Pero no es fácil. No es fácil entender qué me pasa, hay días que si se por qué me siento mal y otros que no. Ni es fácil ayudar a alguien, cuando igual a la que deben ayudar es a ti misma. No es fácil tirar hacia delante cuando no todos tiran hacía la dirección correcta.

No soy de ese tipo de personas que se refugie en el “¡ay! pobre de mí”, no me gusta que me compadezcan o que estén muy pendiente de mi. Pero odio el no poder contener mis emociones, el ponerme a llorar delante de todos, el venirme abajo con una simple palabra y es así como estoy ahora. Y no es que me pase el día así, es que estoy tan normal y en una simple conversación o con un pensamiento me pongo a llorar.

Con lo que me gusta la Navidad y lo poco que la estoy disfrutando.

Pero hoy es fin de año y toca momento de propósitos y deseos de año nuevo, yo pido que XX se cure en todo, que no es poco y a mí me encantaría poder decir “soy feliz” que hace muchísimos años que no lo soy. Si he estado feliz, pero no he sido. Para mí hay una gran diferencia entre ser feliz y estar feliz. Y me encantaría ser feliz.

 

Asunción Lago Cabana

Instituto Bitácora

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies