Archivo anual 2016

PorInstituto Bitácora

NUEVAS TECNOLOGÍAS. REDES SOCIALES

La llegada de Internet y las nuevas tecnologías de la información y comunicación a nuestras vidas ha supuesto un gran cambio. Un cambio que afecta a casi todo, a nuestro trabajo, a nuestras relaciones sociales, a nuestro ocio, a nuestro tiempo libre…y la adaptación a esta nueva realidad, que es compleja y dinámica, que va a una velocidad de vértigo, no resulta fácil. En muchos casos, no somos conscientes de su alcance real.

En muy poco tiempo nos hemos vistos rodeados de correo electrónico, consultando todo tipo de páginas webs, inmersos en redes sociales como Facebook, Twitter, Linkedin, Google plus, Youtube, Instagram…observando, publicando y comentando;  chateando; siguiendo o creando blogs, participando en foros de opinión…

Internet y las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se han convertido en una extensión más de nuestras vidas, y de los diferentes aspectos de ella, lo personal, lo relacional, el ocio, lo profesional…pero no siempre se es consciente de lo que supone todo ello.

En Instituto Bitácora, trabajamos sobre los problemas que se generan por el mal uso de las nuevas tecnologías, problemas que muchos minimizan, cuestiones a las que se les quitan importancia, pero que pueden acabar provocando un malestar significativo, y por tanto afectando a nuestro presente y a nuestro futuro.  Uno de los aspectos, el que nos ocupa hoy, es un ejemplo claro de cómo el uso que hacemos de las redes sociales, tienen un efecto en el aquí y ahora, pero también en el después. Leer más

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¿Cómo se puede tratar el Trastorno bipolar?

Como dijimos en el anterior post el Trastorno bipolar es una alteración en los mecanismos de regulación del ánimo y esta disfunción se va a mantener a lo largo de la vida, si bien se puede controlar con el tratamiento adecuado. Es decir, es un trastorno crónico y recurrente pero se pueden controlar sus síntomas y alcanzar la estabilidad.

Uno de los pilares fundamental del tratamiento es la medicación. Uno de los tratamientos más eficaces son las sales de litio, muy eficaz pero con posibles efectos secundarios a largo plazo, es necesario hacer controles analíticos. Los más utilizados como alterativas al litio son los estabilizadores del ánimo, que también son fármacos antiepilépticos, ayudan a que no haya fluctuaciones muy intensas o picos en el humor. Los antipsicóticos son otro grupo de fármacos muy usados en el TB y, como su propio nombre indica, controla los síntomas psicóticos (ideas delirantes, alucinaciones…), sin embargo, no es necesario que estos síntomas estén presentes para que sean beneficiosos en el trastorno bipolar, por tanto, también son un grupo de fármacos que se usan en todas sus fases. De forma que todos los medicamentos anteriores valen tanto para el tratamiento de una fase maniaca como depresiva como durante una fase de ánimo no alterada para la prevenir nuevos episodios. Los antidepresivos también son usados en las fases depresivas aunque hay que tener precaución pues puede inducir un viraje hacia la polaridad maniaca.

Por supuesto, la psicoterapia, ya dedicamos un post para hablar más detenidamente de la psicoterapia, es una técnica muy eficaz para ayudar a lo largo de todo el proceso de la enfermedad y en especial con la psicoeducación hay evidencias de que ayudar a evitar el riesgo de recaídas, que tanto el propio paciente como la familia conozcan en qué consiste la enfermedad, sus fases, sus síntomas más comunes, las situaciones de riesgo y posibles factores desencadenantes de un nuevo episodio es una herramienta fundamental para prevenir las recaídas.

Hay otros tratamientos biológicos que también son eficaces como la terapia electroconvulsiva. Aunque esta técnica durante un tiempo no sido bien considerada puede ser muy eficaz y segura, prueba de ello es que sería el tratamiento de elección en una embarazada, incluso antes que los fármacos. Se usa fundamentalmente en los episodios depresivos.

En algunos episodios puede ser necesario el ingreso en un hospital sobre todo para evitar conductas de riesgo para el propio paciente o los demás durante algún brote, tanto si nos encontramos en una fase depresiva por el riesgo autolítico como en una fase maniaca para el control y la contención de las conductas.

Por supuesto son recomendables las medidas higiénico dietéticas, como para cualquier persona, el mantener una actividad regular, incluyendo el ejercicio físico, descanso regular de unas 8 horas de sueño diaria, evitar el alcohol y otras sustancias y respetar las rutinas diarias es más que necesario.

Al igual que en otras enfermedades tras un brote es necesario un periodo de convalecencia, en el que se evitaran las situaciones estresantes con más prudencia si cabe, pero posteriormente se busca la estabilización y normalización total de las actividades diarias.

Es importante estar atento a los síntomas sin obsesionarse por la enfermedad pues la aparición de pequeñas fluctuaciones de ánimo puede ser normales como en cualquier persona, sobre todo para la familia que en ocasiones puede que se asuste, y el miedo es mal consejero, cuando ve a su familiar un día más decaído o contento de lo habitual. Por otra parte sí hay que aprender a reconocer el exceso de estrés y aprender a manejarlo ya que es una de las causas habituales de recaída.

En relación a si es una enfermedad incapacitante o no podemos hacer distintas reflexiones, es cierto que en algunos casos puede afectar a capacidades como la atención o la memoria, sin embargo, algunos personajes que han realizado grandes contribuciones relevantes a la humanidad podrían haber sufrido trastorno bipolar y no se puede decir que ellos tuvieran un déficit cognitivo sino todo lo contrario.

Dra Mª Carmen López Alanís.

 

 

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¿Qué es el Trastorno bipolar?

El “ser bipolar” es un término que se puede escuchar con bastante frecuencia en la calle, hoy nos gustaría describir en qué consiste el trastorno bipolar (TB a partir de ahora) y cuáles son los síntomas que lo caracteriza y dejaremos para un siguiente post las distintas alternativas de tratamiento que podemos tener.

Es una enfermedad que aparece como consecuencia de una alteración en los mecanismos cerebrales que regulan el estado de ánimo, de forma que pueden aparecer estado de ánimo bajo (episodios depresivos), exaltado (episodios maniacos) o mezcla de ambos (episodios mixtos.) más de lo normal en duración o intensidad y puede ser independiente de las circunstancias externas aunque estas pueden actuar como desencadenantes. Estos episodios pueden alternarse con épocas de normalidad en el estado del ánimo (eutimia).

Afecta al 2% de la población en España. Suele aparecer sobre los 20-30 años aunque puede aparecer en niños y personas mayores.

Existe un componente genético pero también se tienen que dar una serie de factores precipitantes para que se produzca la enfermedad. Cuando comienza la enfermedad es frecuente que sea precedida por un factor vital estresantes, posteriormente la aparición de los episodios puede no estar tan relacionada con estresores vitales.

Como hemos dicho, pueden aparecer episodios maniacos, depresivos o mixtos

Un episodio maniaco se caracteriza por la euforia, autoestima exagerada, mayor sociabilidad y locuacidad, desinhibición sexual, aumento de actividades, de energía, de gastos, de proyectos… aparece el pensamiento acelerado que se traduce en que la persona habla muy rápido y de muchas cosas y también suele existir disminución de las necesidades de sueño.

En un episodio depresivo aparece el cansancio, las alteraciones en el sueño y la comida (bien por exceso o por defecto), la apatía, el pensamiento enlentecido con tendencia a culpabilizarse, baja autoestima, puede aparecer también ansiedad, incluso ideas de muerte con riesgo de suicidio.

Durante estos episodios pueden aparecer síntomas psicóticos y, en los primeros episodios, puede ser una persona diagnosticada de trastorno psicótico o incluso esquizofrenia, y posteriormente cambiar el diagnóstico a TB. Cuando una persona sufre síntomas psicóticos quiere decir que pierde el contacto con la realidad, puede tener creencias falsas pero de las que el paciente está plenamente convencido o alucinaciones, escuchar voces sin que nadie le esté hablando.

No todos los TB son iguales, podemos encontrar Tipo I, Tipo II, Espectro bipolar o ciclotimia.

Cuando nos encontramos con las manifestaciones más clásicas de TB estamos hablando del Tipo I que se caracteriza por la presencia de episodios maniacos y depresivos, con periodos intermedios de ausencias de síntomas o eutimia.

En el segundo tipo o tipo II no existen episodios maniacos sino hipomaniacos (de menor intensidad y sin tanta repercusión funcional) y episodios depresivos sobre todo.

El Espectro bipolar se podría considerar un tercer tipo e incluye los pacientes con episodios depresivos recurrentes y eventuales manifestaciones en el polo maniaco, serían como formas menores del TB.

Y el que podríamos considerar último tipo es la ciclotimia en el que se producen fluctuaciones del estado ánimo más leves.

Hay distintos subtipos de TB y siempre, por supuesto, teniendo en cuenta que cada persona siempre es distinta a otra en sus síntomas y evolución. Y dentro de cada subtipo existen también diferentes grados de gravedad que van a depender de la evolución de la enfermedad, y no solo del subtipo de trastorno bipolar, sino que si un paciente no realiza bien el tratamiento o consume sustancias tendrá más repercusiones independientemente del subtipo que padezca, porque además nosotros consideramos que “hay enfermos y no enfermedades”.

Dra Mª Carmen López Alanís

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Adicción al sexo

Las conductas compulsivas, son cada vez más habituales en nuestra sociedad. Hoy hablaremos sobre una de ellas, la adicción al sexo.

A través de la publicidad, los diferentes medios de comunicación, internet… estamos rodeados de estímulos relacionados con contenido sexual, y en muchos casos se vincula el sexo con el éxito, la aceptación, el poder.

Decía Gabriel García Márquez que “El secreto de la felicidad es hacer aquello con lo que uno disfruta”. Si con el sexo se disfruta, las personas con este tipo de conducta deberían ser muy felices. Esta idea es así para muchos, tanto que la adicción al sexo les parece algo envidiable y divertido, e incluso se hacen chistes acerca de ello…

 

“ ¿Yo adicto al sexo?… tetas equivocando y puedo repetirlo 69 veces, ni que semen notara, si que eres sexagerado …”

 

… sin embargo, las personas que sufren este tipo de problemas tienen un instante de goce y una intensa sensación de malestar, que resulta tan dañina para uno mismo y para su entorno (pareja, familia, trabajo, red social…) como la adicción a las drogas.

La adicción al sexo o hipersexualidad, es un problema que ha crecido muy significativamente en los últimos años. Según Carlos Chiclana, especialista en Psiquiatría y autor de “Atrapados en el sexo”, entre el 3 y el 5% de la población padece hipersexualidad, otros estudios aumenta el porcentaje hasta el 8%, coincidiendo todos en que es más frecuente en los hombres, con una proporción de tres por cada mujer y suele comenzar en la juventud.

La llegada de internet a nuestras vidas es uno de los principales factores que tienen que ver con dicho incremento. Internet es una gran ventana al mundo que nos da infinitas posibilidades en todo y para todo, y que además es accesible, asequible, permite el anonimato e inmediatez, características que hacen de internet un caldo de cultivo excelente para que se desarrollen y potencien este tipo de problemas.

Existen muchas posibilidades, multitud de webs de contenido sexual, así como fáciles vías para buscar y mantener relaciones sexuales con otras personas. Y lo podemos hacer desde casa, desde el trabajo, desde casi cualquier parte, a cualquier hora y sin que nadie se entere… y lo podemos hacer YA (impulsividad) y además una y otra vez (compulsividad).

Para una persona que tiene este tipo de problemas, recurrir a actividades sexuales, como masturbarse de manera compulsiva, consumo de pornografía, prostitución, líneas telefónicas eróticas, relaciones con múltiples parejas, encuentros sexuales con personas desconocidas… es una respuesta a estados de ánimos desagradables y que por tanto, nada tiene que ver con una vida sexual placentera, libre y sana.

La mayoría de las personas afectadas por este problema son conscientes de ello, pero no saben cómo afrontarlo. En muchos casos siente culpa y vergüenza que los incapacita para compartirlo y pedir ayuda.

Dejado a su libre evolución, todo se va complicando, el deseo sexual lo va controlando todo, porque pasa a estar muy presente, llegando a ser una prioridad por encima de ellos mismos, de sus relaciones con seres queridos, de sus responsabilidades, y acaba incapacitando a la persona para afrontar el día a día.

Cuando el deseo se convierte en irrefrenable, la persona no es capaz de hacer otra cosa que no sea satisfacerlo, y no es capaz de valorar los riesgos y consecuencias negativas, y tras consumarlo, aparece un malestar intenso de componente ansioso depresivo.

El tratamiento de la adicción al sexo o hipersexualidad es similar al de otras adicciones. En Instituto Bitácora, atendemos estos problemas de forma individualizada, multidisciplinar e integral, combinando diferentes estrategias, cuyo objetivo es que la persona logre una sexualidad que resulte satisfactoria, que no genere malestar.

El apoyo farmacológico, la psicoterapia individual, la psicoterapia de grupo y la atención a la familia, resultan eficaces y eficientes para hacer frente al problema desde la raíz y evitar así futuras recaídas.

 

Algunos síntomas de adicción al sexo:

-Actividad sexual (masturbación, pornografía, sexo con otras personas) muy frecuente, desproporcionada o desadaptada. Los pensamientos de contenido sexual, ocupan mucho espacio.

-Fracasos en los intentos de reducir o no llevar a cabo la conducta sexual.

-La conducta se oculta, lo que conlleva mentiras y mantener una doble vida.

– Cada vez ocupa más tiempo, cada vez la sensación de bienestar es menor, y de manera inversamente proporcional el malestar mayor.

-Se van dejando responsabilidades familiares, laborales o académicas…

-Las relaciones interpersonales y el ocio se van deteriorando. La persona se va aislando.

-Hay un alto nivel de sufrimiento, ya que la persona continua con la conducta a pesar de las consecuencias negativas.

-La persona experimenta desajuste físico y emocional en forma de ansiedad, inquietud, mareos, dolor de cabeza, insomnio, bruscos cambios de humor, irritabilidad, depresión… cuando no lleva a cabo la conducta.

Asunción Lago Cabana

 

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¿QUÉ ES ANTES, EL HUEVO O LA GALLINA?

 

Cuando las personas se inician en el consumo de alcohol y/o drogas, lo normal es que se encuentren contentos y satisfechos, con los efectos de la misma.

Y aunque esta afirmación pueda resultar chocante, la verdad es que tanto el alcohol como las drogas o conductas potencialmente adictivas, al principio, producen un estado incomparable de entusiasmo y euforia, o bien proporcionan una especie de respiro artificial ante las obligaciones, presiones, aburrimiento, insatisfacción, sensación de vacío u otro tipo de dolor emocional que se pueda estar sintiendo.

Pero esto, volvemos a insistir, solo se produce muy al principio, ya que más pronto que tarde, como consecuencia de la repetición de la conducta de consumo, si o si, van a parecer una serie de problemas que como mínimo incluyen: Leer más

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DE LA HOJA DE LA COCA A LA COCAÍNA

En la actualidad, es por todos sabido que la cocaína es una droga con un alto potencial de peligrosidad, pero no siempre ha sido así.

La cocaína no es una droga nueva, existe desde hace más de un siglo, y las hojas de la planta de donde se obtiene, la coca (en quechua, lengua originaria de los Andes, kuka) ha sido y es usada por la población andina desde hace miles de años hasta la actualidad.

Hojas de coca y cocaína son historias completamente diferentes. La aparición de la cocaína como droga es un fenómeno totalmente distinto y mucho más reciente.

En algunas investigaciones se afirma, que hace la friolera de tres milenios antes del nacimiento de Cristo, los antiguos incas en los Andes ya consumían hojas de coca. El uso tradicional de las hojas de coca se limita a rituales religiosos, y uso medicinal. Uno de los usos más conocidos es el de hacer frente al mal de altura, que es la respuesta fisiológica del cuerpo ante la disminución de la presión atmosférica y oxígeno de las montañas.

Los exploradores europeos de América del Sur de principios del siglo XIX, quisieron descubrir las propiedades de esta planta, que proporcionaba inmunidad ante el cansancio, el hambre y la sed, a los indígenas, y así, llevaron a sus países de origen las hojas de coca.

Fue Albert Niemann, farmacéutico y químico alemán, quien en 1859, extrajo la sustancia activa de la hoja de la coca y la llamó clorhidrato de cocaína, o cocaína. La cocaína rápidamente se hizo popular, por sus aparentemente infinitas aplicaciones en el ámbito farmacéutico y médico.

Se usó como anestésico e incluso, Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, fue uno de los más grandes defensores del uso clínico de este fármaco para diferentes trastornos, entre otros la adición a la morfina, y la recetó a pacientes y amigos, e incluso él mismo usó la cocaína.

Se vendía libremente, en comercios y farmacias, y su uso se extendió a otros menesteres. Ejemplo de ello es el de el químico Angelo Mariani, que elaboró un vino tonificante, con base de vino de burdeos y que contenía cocaína y que gozó de gran popularidad a finales del XIX.

Algunos investigadores refieren que personajes relevantes de la época, como la reina Victoria De Inglaterra y su heredero; Alejandro II, el zar de Rusia; Willian Mckinley, vigésimo quinto presidente de Los Estados Unidos; la actriz francesa Sarah Bernhardt, considerada por algunos como la mejor actriz de todos los tiempos; Thomas Edison el gran inventor; el escritor de novelas de aventuras Julio Verne; también escritor, figura del naturalismo literario y personaje muy comprometido con la realidad social que le tocó vivir, Emile Zola; el papa León XIII…y hasta personajes de ficción como el inteligente y hábil Sherlock Holmes eran aficionados a este brebaje.

También elaboró pastillas, elixires e infusiones, con los que cosechó una gran fortuna, hasta que todo ello fue prohibido a principios del siglo XX cuando no quedaban dudas acerca del efecto nocivo de la cocaína. Pero ya desde los principios del descubrimiento de la cocaína, hubo voces que advertían de su peligrosidad, así, en 1880, el médico W. H. Bentley decía: “Yo sé por qué algunos médicos dicen que la cocaína no produce hábito.Es que no basta ni con una ni con dos dosis. Hay que continuar hasta que la droga empieza a gustar, hasta que se espera con ansia el momento de tomarla, hasta que no se puede esperar la llegada de ese momento. Y cuando llega ese instante, la cocaína domina con más fuerza que la morfina. He venido a decirles lo que es ese hábito. Y ante Dios, señores, yo les digo que lo sé. Lo sé porque soy cocainómano y no puedo dominarme.”

Así, que en poco más de unas décadas, ya se conocían los efectos nocivos y el potente efecto adictivo de la cocaína, frente a la tradición milenaria de la hoja de la coca. Y es que, como decíamos más arriba, hoja de coca y cocaína son cuestiones distintas.

La absorción de la hoja de la coca en su forma tradicional es lenta y no causa los mismos efectos psicoactivos y eufóricos asociados con el uso de la droga en su preparación química de laboratorio. La adicción, formación de hábito, daño corporal y neurológico, u otros efectos nocivos del consumo de la hoja de la coca en su forma natural, no se han documentado ni demostrado científicamente.

En fin, que lo que empezó como una tradición religiosa en los Andes, el hombre moderno lo trajo a Europa y lo que en un principio parecía un gran descubrimiento para la medicina, se ha convertido en una droga peligrosa que llega a todos los rincones del mundo.

La página web de Instituto Bitácora, recoge una breve descripción de lo que a día de hoy todos conocemos acerca de la cocaína: La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central. Tiene una enorme capacidad adictiva. Por lo que resulta sencillo y rápido pasar de consumos ocasionales a habituales, de un consumo recreativo a una adicción. Los efectos de su consumo a corto plazo pueden resultar muy atractivos, pero su consumo habitual provoca importantes complicaciones orgánicas, psicológicas y sociales.

Entre las orgánicas, principalmente alteraciones cardiovasculares y neurológicas, además de problemas respiratorios, falta de apetito y pérdida de peso, problemas renales, alteraciones menstruales, infertilidad e impotencia… y serias complicaciones psicológicas como fuerte dependencia psicológica, trastornos cognitivos (atención, concentración), trastornos del sueño y trastornos psíquicos severos como ideas paranoides, depresión, ansiedad, ideas suicidas…

Una complicación añadida al consumo de cocaína es, que esta droga tiene un elevado nivel de asociación tanto con otras drogas como el alcohol, como con conductas potencialmente adictivas, como el sexo o el juego.

 

Asunción Lago Cabana

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¿VIVIMOS MAL EN ESPAÑA?

Nos dicen por aquí y por ahí, que España es un lugar idóneo para vivir. Por el carácter abierto, alegre y apasionado de sus gentes. Por su clima y sus horas de sol. Por su gastronomía, variada y basada en la muy buena calidad de materias primas. Por su cultura, que cuenta con un legado artístico incomparable a lo largo de los siglos. Por sus paisajes, que son tan variados como sorprendentes…

 

De hecho, creo que si nos paráramos a preguntar, la mayoría de la gente que vive en nuestro país, diría que, como en España no se vive en ningún sitio. De hecho, muchas personas que vienen de fuera, ya sea para estudiar, para disfrutar después de toda una vida de trabajo, o para comenzar una nueva etapa, se instalan en nuestro país por las diferentes oportunidades que les pueda ofrecer. Leer más

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Crisis de Ansiedad (2)

¿Cuál es mi león?

 

En uno de los últimos post indicamos que el fundamento de las crisis de ansiedad es la activación y que ésta se produce por el aumento del estrés.

¿En qué consiste el estrés?

 

En una serie de fenómenos psíquicos y físicos que se producen cuando los organismos se enfrentan a situaciones exigentes del ambiente (frío, calor, peligro, novedad, etc). Estos fenómenos, que son defensivos y nos sirven en un primer momento para adaptarnos a un medio cambiante puede llegar a ser contraproducentes cuando no nos sirven para adaptarnos o bien porque nos superan las exigencias o éstas son de muy larga duración.

 

La ansiedad, es una emoción que corresponde al miedo de los mamíferos pero, mientras que en los animales sólo se produce cuando el estímulo está delante, en el hombre se puede producir sin que esto sea así, pensando en el futuro e incluso en cosas abstractas, gracias a que tenemos pensamiento que nos diferencia del resto de los mamíferos. Leer más

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POR FIN VACACIONES

Por estas fechas todos estamos deseando que lleguen por fin las anheladas vacaciones, pero no siempre acaban siendo las maravillosas vacaciones que habíamos estado esperando a lo largo de todo el año.

Vacaciones supone salir de la rutina, y este camino no siempre nos lleva a un estado mejor.

Aunque la palabra rutina para muchos está cargada de connotaciones negativas, para algunos rutina suena a aburrimiento, a cansancio, a monotonía, a vacío existencial, a frustración… La rutina supone un factor de protección o un buen asidero para tener una vida mejor.

Entendemos por rutina toda una serie de reglas, pautas, costumbres, hábitos personales, obligaciones y responsabilidades del día a día que nos hacen la vida más fácil y también nos facilitan la convivencia con los demás. Nos ayuda a afrontar el día a día, las rutinas nos ahorran tener que pensar, tomar decisiones a cada momento, y ahorramos mucha energía siendo más eficientes y eficaces. Nos ayuda a saber lo que hay que hacer ahora, y lo que toca hacer después, y esto nos da mucha seguridad y confianza. Nos ayuda ante la preocupación e incertidumbre, emociones que tanto bloquean… En definitiva, la rutina nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos, física, psicológica, y también con los demás, familia, pareja, amigos, trabajo… Leer más

PorInstituto Bitácora

¿CÓMO AFECTAN EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD AL SUEÑO?

El estrés y la ansiedad son respuestas normales del organismo ante un peligro inminente (real) o ante la percepción de ese peligro. Permiten generar la alerta necesaria en nuestro organismo para hacer frente a esos peligros o amenazas y movilizar nuestros recursos para la supervivencia.
Sabemos que esta respuesta de activación y alerta del organismo es incompatible con el sueño. Por ello, si estas emociones se mantienen en el tiempo, acaban generando problemas psicofisiológicos como el insomnio.
De esta forma,[Tweet “el estrés y la ansiedad se convierten en uno de los principales disparadores de los problemas de insomnio transitorio.”]

Por otro lado, esta falta de sueño produce en el organismo una reacción fisiológica que ayuda a aumentar los niveles de ansiedad y estrés, generando mayores dificultades para relajarse y dormirse.

 

A nivel hormonal si estamos estresados se producen alteraciones en la segregación de sustancias como el cortisol, hormona que inhibe y suprime el sueño, así como de la prolactina o la serotonina, ambas relacionadas con la regulación de los ciclos de sueño y estados anímicos.
Por ello, como hemos comentado, el estrés y la ansiedad se convierten en desencadenantes del insomnio y a su vez en una consecuencia de este. Por ello es un elemento principal a tratar en los trastornos de sueño.
Como comentamos en el post anterior, el insomnio puede ser transitorio o crónico, según el tiempo de evolución. Las preguntas que se hacen los pacientes que acuden a consulta por este motivo suelen ser del tipo “¿qué ha sucedido para que esto sea un problema en mi vida?”, “¿por qué se ha convertido en algo crónico?”, “si yo hasta la fecha dormía bien….” .
En este sentido, sabemos que el insomnio crónico no se desarrolla de la noche a la mañana, de hecho casi siempre va precedido por un insomnio situacional, como resultado de acontecimientos vitales estresantes.
Puede evolucionar de forma gradual, de modo que cada vez nos encontremos más preocupados por el problema de sueño.
La valoración que realizamos de la dificultad inicial para dormir es un factor determinante para que el insomnio resulte un problema transitorio o un trastorno crónico.
Así, la persona que duerme mal durante varias noches, pero continúa con su rutina diaria sin preocuparse por ello, es poco probable que desarrolle insomnio crónico.

 

Por el contrario, una persona que después de algunas noches de sueño alterado empieza a preocuparse excesivamente por no poder dormir y por sus consecuencias negativas en el funcionamiento durante el día, tiene más probabilidades de entrar en un círculo vicioso de insomnio, del que le resulte complicado salir por sí mismo.
En estos casos, los pensamientos reiterativos sobre el insomnio se convierten rápido en el centro de las preocupaciones de la persona, quienes suelen atribuir la disminución del rendimiento o las alteraciones del estado de ánimo durante el día, exclusivamente a los problemas del sueño.
Es el círculo en el que la ansiedad por intentar dormir reduce la posibilidad de quedarse dormido, aumentando la aprensión, la activación física y el miedo a la cama. Después de una mala noche, la persona con insomnio crónico no sólo se preocupa por la noche pasada, sino que ya está pensando en la noche siguiente. Por tanto, el insomnio se convierte en una profecía que se cumple por sí misma.
Parece que algunas características de personalidad hacen a las personas más vulnerables a entrar en este círculo. Así, es más probable que les suceda a personas con tendencia a la ansiedad y preocupación, a personas perfeccionistas y exigentes, que necesitan tener todo bajo control, con mayor dificultad para ver el lado positivo de las cosas, y que no suelen exteriorizar sus emociones negativas ni hablar de sus problemas.

 

Ana Martín Almagro. Psicóloga del Instituto Bitácora.

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